Editorial

::: MILLONES QUE SE VAN AL AGUA :::

Canon Minero:

Para ejemplo basta un botón. No cabe duda que la mejor demostración de cómo se desperdicia el canon minero en el Perú, la viene ofreciendo el distrito de San Marcos, uno de los dieciséis que integran la provincia de Huari, región Ancash, sede del centro minero Antamina. El año 2021, la municipalidad de San Marcos, considerado el distrito más rico del Perú, dispuso de un presupuesto de 578 millones 965 mil 261 soles, un monto realmente privilegiado. Pero  de todo ese monto, solo pudo ejecutar 163 millones 111 mil 907 de soles. Apenas el 28.2%.

Siguiendo con esa tendencia, para este año 2022 el presupuesto de la municipalidad de San Marcos asciende a la astronómica suma de 837 millones 523 mil  062 soles. Un presupuesto envidiable que otros distritos del país qué no darían por tener en sus manos. Pero a pesar de ello, de acuerdo con al portal de transparencia del MEF, en los cuatro primeros meses del año solo se ha utilizado 78 millones 764 mil 841. Un insignificante  9.4%.

Considerando que cuatro meses equivale a la tercera parte del año, lo correcto hubiera sido que la municipalidad distrital de San Marcos pudiera ejecutar en ese periodo por lo menos el 30 por ciento de su presupuesto. Pero no ha sido así. Lo que hay una tremenda desproporción y los números no mienten.

Entonces, no es que falte dinero, ni tampoco que las obras dejen de ejecutarse  o se paralicen por falta de presupuesto. Definitivamente, no.  Hay que aceptar la realidad. Las obras no se ejecutan y más de las veces se paralizan por falta de capacidad de gestión. El dinero está ahí, disponible. Pero es evidente que para las autoridades y funcionarios  encargados de utilizar estos fondos, el cargo les resulta demasiado grande. Los proyectos que presentan para ser financiados con cargo al canon minero, a menudo son rechazados por el MEF precisamente por estar mal elaborados y mal sustentados.

Pero el caso de San Marcos no es único. A nivel nacional, son muchas las municipalidades provinciales y distritales que ilustran las deficiencias respecto al uso del canon minero y que, por si fuera poco,  incluyen  denuncias de corrupción.  En un reciente informe, el ministerio de Economía y Finanzas estima que cada año un promedio del 40 por ciento del canon minero revierte al estado por falta de capacidad de gestión.

Solo para Ancash, eso significa que más de  400 millones de soles se dejan de utilizar cada año, como si nuestra región estuviera  viviendo en el país de las maravillas. En medio de tanta pobreza y tantas necesidades, no podemos darnos el lujo de permitir que todo ese dinero se vaya de nuestras manos.

De acuerdo con su ley de creación,  los recursos del canon tienen como meta principal atender las necesidades de salud y educación.  Sin embargo en Ancash, cuatro de cada diez niños padecen de anemia crónica. Hospitales  como La Caleta de Chimbote y Víctor Ramos Guardia de Huaraz, no tienen cuándo ser reconstruidos y la misma suerte corren decenas de postas médicas en todo el ámbito regional. Colegios como el Politécnico Nacional del Santa y Santo Domingo de Guzmán del distrito de Tauca, solo por citar dos ejemplos, ya llevan varios años esperando ser reconstruidos.

Ante este desolador panorama, el MEF ha vuelto aponer en el tapete la propuesta de crear una Autoridad Autónoma que se encargue en forma directa de administrar y ejecutar los recursos del canon minero. Por la capacidad de gestión y transparencia con la que vienen actuando otras instituciones de igual nivel y modalidad, la propuesta no deja de ser una buena opción. No es justo que por falta de capacidad, millones de soles se vayan al agua cada año.