Editorial

27 MILLONES AL AGUA

Otra obra abandonada del GRA:

Fiel a su incurable tendencia orientada a dilapidar presupuestos y distorsionar la ejecución de millonarias obras,  a mediados del año 2012 la gestión del ex gobernador regional de Ancash César Álvarez Aguilar paralizó la obra “Mejoramiento y Ampliación del Servicio de Agua Potable y Desagüe” valorizada en 27 millones 139 mil 328 soles, la misma que a partir de ese momento debió beneficiar y elevar la calidad de vida de los habitantes de once pueblos jóvenes de la ciudad de Casma. Lo que, por desgracia, no sucedió.

Desde entonces han transcurrido diez largos años y, a pesar del daño que dicha paralización ha ocasionado a aproximadamente 15 mil pobladores, los actuales funcionarios del gobierno regional no son capaces de brindar una explicación razonable acerca de esta clamorosa falta de capacidad  de gestión. Tampoco han mostrado el menor interés en fijar al menos una fecha tentativa para el reinicio de esta reclamada obra de saneamiento. Cada vez que los pobladores han tocado las puertas de este organismo en procura de una respuesta concreta,  lo único que los funcionarios regionales les han dicho  es “el dinero de la obra ya se acabó”.

Por enésima vez y cansados de soportar tanta burla, el viernes  último un numeroso grupo de estos moradores hizo un denodado esfuerzo para trasladarse desde Casma a fin de realizar un plantón en el frontis de la Sub Región Pacífico a través del cual reclamaron desesperadamente el reinicio de esta obra por la que tanto lucharon.

Pero una vez más, la historia volvió a repetirse.  En una reprochable demostración de insensibilidad, el jefe de esta dependencia regional no se dignó en recibir ni siquiera a uno de los  representantes de la delegación.  Éstos fueron atendidos fuera del local por una funcionaria que se limitó a anotar en un papel el motivo del reclamo y no sin antes prometer que en los próximos días se conocerá alguna respuesta. Mejor dicho, otro paseo más. Pues con ésta, ya son incontables las promesas que se han hecho en ese sentido sin que hasta el momento se cumpla ninguna.

De ser cierto que el presupuesto de la obra ya no existe,  como ha trascendido por versión  de los propios funcionarios, la pregunta que se cae de madura es ¿a manos de quién ha ido a parar ese dinero?. El presupuesto de cada obra que ejecuta el estado tiene un código SNIP (Sistema Nacional de Inversión Pública) con nombre propio y solo puede ser utilizado única y exclusivamente en la ejecución de dicha obra. Destinarlo a otros fines es incurrir en el delito de malversación de fondos, cuya penalidad, como rodos sabemos, es de alcance penal.

Si la obra se encuentra inconclusa y abandonada por más de diez años, quiere decir  que existe un saldo por ejecutar y ese saldo, según las normas vigentes, tiene que estar en las arcas del gobierno regional de Ancash, salvo que se haya esfumado en el aire.

Por lo demás, dentro del gobierno regional  funciona un Oficina de Control Institucional adscrita a la Contraloría General de la República, que hace rato ha debido tomar al toro por las astas. No solamente para investigar las razones de la paralización, sino también para identificar y, de ser el caso, denunciar a quienes resulten responsables.

Más de 15 pobladores que habitan en estos once pueblos jóvenes, no tienen porque pagar las consecuencias por el mal manejo de 27 millones de soles que, ojalá, no hayan ido a parar en aguas turbias.