Editorial

LA NO VIOLENCIA GERMINA EN LAS AULAS

En asuntos de concientización ciudadana, ninguna actitud puede ser más esperanzadora que la suma de esfuerzos y voluntades.  Con muy  buen tino, la Sub prefectura de la provincia del Santa, a cargo de la licenciada Juana Chuqui Gutiérrez, acaba de sumarse a la iniciativa cuya finalidad es concientizar a la población escolar de Chimbote y Nuevo Chimbote a fin de evitar que se sigan produciendo nuevos  casos de bulling.

Cabe destacar que esta cruzada de concientización, responde a una  iniciativa de la comisaría San Pedro, Fiscalía de Prevención del Delito, UGEL Santa y el Centro de Emergencia Mujer, la misma que ha despertado el sentimiento de participación en varios sectores de la población y de  igual modo el compromiso social por parte de otras instituciones.  Reconforta saber que en este esfuerzo, nadie puede sentirse ajeno.

Con mucho pesar,  los medios de comunicación han dado a conocer en los últimos días sucesivos casos de violencia física y sicológica que han protagonizado entre sí alumnos y alumnas, todos ellos menores de edad.  De la misma manera cómo estos lamentables incidentes han causado alarma entre los padres y madres de familia,  así también han generado zozobra en la población. Nada puede ser motivo de mayor sobresalto para una colectividad que ver caer a sus niños en las garras de la violencia.

Por lo pronto, se sabe que el ministerio de Educación ha dispuesto que todas las instituciones educativas del país cuenten con el servicio de un sicólogo o sicóloga de manera permanente. La intención es identificar y prevenir con la debida anticipación cualquier tendencia de violencia que exista al interior del alumnado.  Pero es obvio que esa labor, ahora considerada indispensable, tiene que empezar al interior del hogar e inclusive en el mismo vecindario. Lo que no excluye a la ciudadanía.

En ese sentido vale la pena traer a colación el cambio de metodología educativa por el que han optado por lo pronto algunos países de Asia y Europa. Antes de enseñar a leer y escribir a los niños, los tres primeros años de escolaridad están dedicados al fortalecimiento de principios y valores, empezando por  el respeto a los demás, el compañerismo, la solidaridad y la conciencia cívica. Solo así, combatiendo a tiempo toda forma de violencia física y social, se puede crear y construir una cultura de paz, que es lo que todo mundo necesita.

De ahí que esta cruzada de concientización escolar, reclame la participación de otros organismos e instituciones de la provincia como las Demunas, la Comisaría de la Mujer, la Fiscalía de Familia y por supuesto los colegios profesionales, empezando por el de Sicólogos.

La semilla de la  no violencia tiene su campo más fértil en la infancia, pues es en esa edad donde las enseñanzas perduran para toda la vida, lo que confirma que las bases de una nueva sociedad comienza efectivamente en las aulas.