Por: Jimena Zambrano López
El aborto es uno de los temas más controvertidos que existen en la actualidad. Por un lado, tenemos un grupo que considera que el aborto es un derecho de la mujer de decidir libremente sobre su propio cuerpo; mientras que otro sector considera que vulnera el derecho a la vida, siendo que el feto es vida, un ser humano no nacido.
El año 1973 en un litigio denominado el caso Roe contra Wade o Roe vs. Wade la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que la Constitución protegía la libertad de una mujer embarazada para elegir abortar sin excesivas restricciones gubernamentales.
Sin embargo, hoy la Suprema Corte ha revertido dicha posición, dando un cambio drástico en la historia de los Estados Unidos de Norteamérica. La Corte anuló las decisiones que permiten el aborto en todos los Estados. Ello porque considera que amparar el aborto en el derecho de la libertad fue un grave error en el caso “Roe vs Wade”, y ello trajo graves consecuencias para la humanidad.
La Constitución de los EE.UU. no estipula derecho alguno que ampare el aborto, señala el fallo de la Corte, por lo que la decisión de Roe al amparar el aborto fue indebida y vagamente argumentada. No se puede equiparar el derecho a la libertad de intimidad sexual, de toma de anticonceptivos o de contraer matrimonio con el aborto, siendo que esto es fundamentalmente diferente, al ser esto último una decisión sobre la “vida fetal”.
En este sentido, la Corte con este cambio en la posición adoptado en 1973, permite que los Estados puedan prohibir el aborto. Actualmente “son trece Estados que ya aprobaron anticipadamente leyes que prohibirán de forma automática el aborto tras el fallo de la Corte Suprema” (BBC News Mundo, 2022). Es así que se puede observar que los cambios se están dando desde el primer minuto de aprobada la decisión. Sin embargo, ¿qué significa esto para la historia norteamericana?
A raíz del fallo de 1973 en el caso “Roe vs Wade”, se tenía cuatro Estados que permitían el derecho al aborto sin interferencia del Estado, y 12 que lo permitían, siempre que el feto no fuera viable fuera del útero o que la intervención sea necesaria para proteger la vida o la salud de la madre (BBC News Mundo, 2022). Con ello, se pensaba que Estados Unidos era uno de los países más progresistas del mundo, pues en apariencia defendía la libertad de las mujeres de decidir sobre sus cuerpos.
Se trata entonces de más de 50 años de precedentes que tendrán que quebrarse y de millones de mujeres estadounidenses que abortaron amparadas en dicho fallo. Eran múltiples Estados los que permitían que las mujeres abortaran por diversas razones. Y, cuando las mujeres se encontraban en un Estado donde no se les permitía abortar, con facilidad viajaban a otro para abortar. De hecho, la lucha para legalizar el aborto en los Estados restantes era frecuente, amparándose en la frase “mi cuerpo, mi decisión”.
A partir de ahora los estadounidenses tendrán que mirar el aborto con otros ojos, dejando de considerarlo un derecho y progreso a través de la historia, para tener el aborto como una vulneración al derecho a la vida del “ser humano por nacer”. Y ello porque se considera que el feto es vida desde su concepción, no, como muchos creían, que solo es sujeto de derecho a vida cuando el feto es viable.
De hecho, este cambio en la jurisprudencia norteamericana no va a conllevar la calma respecto al tema, sobre todo en los movimientos feministas. Todo lo contrario, ya se iniciaron las intensas batallas en twitter que dividen no sólo a la Nación Norteamericana, sino al mundo sobre ello.
Podemos encontrar a Michelle Obama, quien se muestra abiertamente en contra de la decisión de la Suprema Corte, señalando que encuentra decepcionante la sentencia por vulnerar el derecho de libertad de las mujeres. Del mismo modo, el actual presidente Joe Biden ha expresado su disconformidad con la sentencia, indicando que se trata de un trágico error de la Corte Suprema.
Pero también se encuentran opiniones a favor, como la de Donald Trump, que declaró a Fox News que la sentencia “funcionará para todos” y que ello implica “recuperar unos derechos que deberían haberse otorgado hace mucho tiempo”.
Será interesante ver cómo la población “progresista” estadounidense se adapta a una sentencia protectora del derecho a la vida del concebido. ¿Será que podrán aceptar el derecho a la vida sobre el derecho a la libertad? ¿Constituirá este fallo un atraso en la historia o un progreso para los derechos humanos?
(*) Estudiante de Derecho de la Universidad de Lima
Coordinadora del Circulo de Derecho Civil de la U.Lima