Casma se cansó de esperar:
Después de treinta años de esperar inútilmente que el proyecto Chinecas haga realidad el sueño de conducir las aguas del río Santa hasta sus respectivas parcelas, los agricultores de Casma han tomado la firme decisión de decirle adiós a este proyecto y en su reemplazo optar por la construcción de la represa de Bombón, un embalse propio ubicado en la misma cuenca del río Casma. Esta es una decisión que ellos consideran triste y dolorosa pero que en realidad es la única alternativa que tienen para asegurar el riego sostenido de sus plantaciones.
Desde hace ya varios años, para los agricultores de Casma hablar de Chinecas es traer a la memoria ingratos recuerdos. En 1999, cuando el gobierno de Alberto Fujimori se jugaba la re-reelección, se aprobó entre gallos y medianoche la ejecución inmediata de lo que se llamó “Chinecas Reformulado”. En una decisión política, propia del momento electoral que se vivía en ese momento, el proyecto original “Chimbote-Nepeña-Casma” fue audazmente modificado. Ese mismo año y en un tiempo record, el canal principal del proyecto fue ampliado pero solamente hasta el valle de Nepeña. Casma fue excluida.
Posteriormente, en el 2010, cuando el ex presidente regional César Álvarez Aguilar también se jugaba la reelección, no tuvo el menor remordimiento en autorizar la invasión de aproximadamente 600 hectáreas de propiedad de Chinecas ubicadas en la zona Caminos del Inca, junto a la ciudad de Casma. Como quiera que todo estaba fríamente calculado, los traficantes que dirigieron la invasión bautizaron a este lugar con el nombre de “A.H. César Álvarez Aguilar” y gracias a ello realizaron un millonario negociado con el cuento de traspasos, servicios de seguridad, instalación de agua y trámites de titulación. Hasta ahora, el pueblo de Casma está pagando las consecuencias de esta hazaña cometida por los comandos, la misma que restó la poca credibilidad que aún se tenía en la ejecución del proyecto Chinecas.
Finalmente, en el año 2019, al iniciar su gestión el también encarcelado ex gobernador Juan Carlos Morillo Ulloa, el gobierno central autorizó una partida de 210 millones de soles para la construcción del canal Nepeña-Casma. El requisito era la inmediata presentación por parte del gobierno regional de Ancash de un expediente técnico que sustentara la cuantiosa inversión. Pero cuando este documento llegó a manos de los ministerios de Agricultura y de Economía Finanzas, se descubrió que el contenido era un burdo plagio de otro expediente que anteriormente ya había sido rechazado por adolecer de grotescas deficiencias e incoherencias. Por falta de seriedad se perdió otra gran oportunidad.
Tras estas reiteradas falsas expectativas, y ante la incertidumbre de no saber cuándo ni cómo se piensa sustentar la viabilidad de Chinecas, los agricultores de Casma han decidido sacarse la venda de los ojos y mirar las cosas, tal como son, a través del cristal de la realidad. A estas alturas ya no están dispuestos a perseguir sueños irrealizables, por muy bonitos que pudieran ser.
Ante la creciente demanda del mercado internacional, ellos necesitan no solamente asegurar el riego sostenido de sus plantaciones de uva, mango, palta y otros frutales, sino también ampliar su ya estrecha frontera agrícola. Y eso no lo van a conseguir esperando que llueva ni alzando los ojos al cielo. Eso lo van a conseguir únicamente asegurando una dotación de agua de manera permanente.
Si no se ejecuta Chinecas y tampoco se construye la represa de Bombón, entonces los agricultores de Casma estarían perdiendo soga y cabra. Como se puede comprender, después de todo lo que ha sucedido, eso es algo que ellos no están dispuestos a aceptar.