Editorial

CIERTO, LA MUERTE VIAJA SOBRE RUEDAS

Tras una cinematográfica persecución que se prolongó por varios minutos, personal de la Policía Nacional se dio con la desconcertante sorpresa de intervenir a una niña de quince años quien conducía una moderna camioneta 4×4 que minutos antes evadió a toda velocidad un operativo policial en la transitada avenida Camino Real.

A pesar de las temerarias maniobras que realizó la adolescente en su afán de evadir la intervención policial, afortunadamente no se produjo ningún daño personal que lamentar, salvo  el susto que vivió una niña de apenas cuatro años de edad que viajaba en el asiento posterior de la camioneta.

En otro escenario, esta vez en la carretera Panamericana, a la altura del Polideportivo de Bruces, la desgracia se hizo presente. Un vehículo aún no identificado  cuyo conductor se dio a la fuga,  atropelló de muerte a un ciudadano de 38 años de edad que trató de cruzar la vía. Tendido en medio de la pista, el cadáver fue sucesivamente impactado por otros vehículos que no advirtieron el hecho debido a la oscuridad que reina en ese lugar.

A los pocos minutos, el suboficial PNP  Raúl Tineo Ramos de 25 años de edad, quien conjuntamente con otros compañeros llegó a custodiar el lugar del accidente, fue violentamente embestido por un auto que le causó la muerte en forma instantánea. Como suele ser común, el conductor también se dio a la fuga aunque horas después pudo ser capturado.

Esa misma noche, un joven motociclista de 28 años, también falleció tras perder el control de su vehículo y estrellarse violentamente contra un panel publicitario a la altura del óvalo La Familia de Nuevo Chimbote. Todos estos incidentes se produjeron en el corto lapso de 24 horas.

En el caso de la adolescente de quince años, tendrá que ser la Fiscalía de la Familia quien determine la responsabilidad de su temeraria acción, entendiéndose que eso tendrá que  empezar con la comparecencia de los padres o familiares que, por omisión o voluntad propia, permitieron que la menor conduzca este tipo de vehículos en plena vía pública..

En el caso del chofer que ocasionó la muerte del suboficial Tineo Ramos, existe el agravante de haberse dado a la fuga y haber cometido al accidente en completo estado de ebriedad. Así lo confirma la prueba de alcoholemia a la que fue sometido tras su captura en un hostal de Nuevo Chimbote. En sus primeras declaraciones a la policía, admitió que efectivamente estuvo consumiendo licor en una de las discotecas que funcionan en el malecón Grau.

Casos como los que acabamos de citar ocupan diariamente las primeras planas de los medios de comunicación y, como se puede ver, son motivo de hechos irreparables y lamentables. Pero, como también se puede ver, la mayoría de estos hechos tiene como común denominador  un alto grado de irresponsabilidad por parte de los conductores. Esto  hace necesaria no solamente una mayor frecuencia de operativos policiales en las pistas  sino también la puesta en práctica de una campaña permanente de educación y responsabilidad vial. De no ser así, la muerte seguirá viajando sobre ruedas.