Por: Milagros Campos Ramos (*)
¿Está el Perú condenado a vivir en una crisis política endémica? Como se señaló en el artículo anterior, De Nuevo, Crisis Política (No importa cuando lo leas), ello depende en buena medida del compromiso de los actores políticos con el funcionamiento de la democracia. Sin embargo, el diseño institucional también juega un rol importante. En los últimos años, fuimos testigos de un escalamiento de conflictos entre el Ejecutivo y Legislativo. a través de figuras constitucionales que, si bien canalizaron el conflicto, no dieron solución a la crisis. Por este motivo, en estas líneas se desarrollan algunas reformas políticas pendientes.
Desde el inicio de este siglo, se han propuesto reformas a los mecanismos de elección del presidente y congresistas, ajustes en la regulación de las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo, medidas para incentivar una mejor relación entre partidos políticos y electores, así como repensar la descentralización. La Comisión de Bases para la Reforma Constitucional en el 2001, el Acuerdo Nacional, la Comisión de Constitución en el 2002, 2012 y 2016, así como la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política (CANRP) en el 2019 plantearon diversas reformas a la Constitución y la legislación electoral. En el diagnóstico presentado por esta comisión – CANRP– se señaló que la política peruana se caracterizaba por partidos políticos y movimientos regionales poco representativos, problemas de gobernabilidad, una política permeable a la corrupción y dificultades en la participación política. En ese sentido planteó una reforma integral.
La democracia representativa requiere que los ciudadanos se sientan representados por las autoridades que eligen, es decir, que estas atiendan sus demandas de manera eficiente. Si bien no hay democracia sin partidos políticos, estos deben responder a nuevas formas de relacionarse con sus representados. La política peruana debe aglutinar intereses colectivos y evitar que se canalicen solo aquellos que representen demandas individuales y clientelares. Además, se planteó mecanismos para que los partidos con preferencias electorales mantengan su registro, a fin de evitar que sean plataformas que recluten a políticos sin partidos, o peor aún, que estén disponibles para la improvisación y el aventurerismo político. El objetivo es contar con partidos cuyos afiliados postulen a cargos de elección popular; partidos con recursos que les permitan capacitar a sus integrantes para asumir con responsabilidad los cargos a los que postulan. Se trata de lograr que los partidos puedan tener alternativas para proponer políticas públicas orientadas a solucionar los principales problemas del país. Para acercar los partidos políticos a la ciudadanía se planteó una democracia interna que se combine con elecciones primarias, abiertas, simultaneas y obligatorias, a fin de que participen de la oferta electoral.
Debe revertirse el impedimento de la reelección parlamentaria inmediata. Si bien la tasa de reelección fue una de las más bajas en la región, casi el 70% de parlamentarios postulaba. La reelección incentiva la carrera política, mejora la curva de aprendizaje del oficio, favorece un control político eficaz, permite que el parlamentario se responsabilice ante sus electores, lo que tiene un impacto favorable en su gestión.
En la relación Ejecutivo-Legislativo, al menos cuatro temas que deberían revisarse son el calendario electoral, el restablecimiento de la bicameralidad, la renovación de la cámara de diputados y la regulación de la responsabilidad del presidente de la república durante su mandato – impeachment.
En relación con el Congreso, debe revisarse el funcionamiento de los grupos parlamentarios para permitir que los partidos con representación parlamentaria puedan funcionar como tales. La correlación entre grupos parlamentarios y partidos institucionaliza el funcionamiento del Congreso. En esa misma línea, debe retomarse la prohibición de conformar nuevos grupos parlamentarios durante el periodo parlamentario, salvo el grupo mixto –aquel que se conforma por quienes renuncian a su grupo original. Después de las dos sentencias del Tribunal Constitucional sobre el transfuguismo, quedó pendiente regular a los grupos mixtos.
Otra reforma que deberían retomarse es la prohibición de publicación de encuestas la semana previa a las elecciones. La información permite tomar decisiones y no puede ser privilegio de pocos. De lo contrario, se presta a una manipulación a través de fake news.
En los últimos 20 años, se hicieron reformas parciales que no abordaron los problemas de manera integral. Es claro que cualquier reforma será insuficiente sin el compromiso de todos los actores políticos para mejorar la democracia. Un ejemplo de ello es la participación política de las mujeres. La paridad y alternancia en las listas tuvo un efecto destacado. La representación parlamentaria femenina se incrementó de 26% en el 2020 a 38% en el 2021, lo que representa el mayor número de mujeres parlamentarias en la historia republicana. El resultado será más significativo en las elecciones regionales y municipales, pues no hay voto preferencial. Sin embargo, la participación en el gabinete, que es decisión de actores políticos, se redujo de un promedio de 36% en los gobiernos anteriores a 15% en el gabinete actual.
(*) Publicado por Desafío Perú – IPE.