Opinión

¿X% DEL PBI O DEL PRESUPUESTO?

(CPC SERGIO AGURTO FERNANDEZ)

      Conocido es, que los organismos públicos del exterior, utilizan el PBI de los países en desarrollo, como una herramienta para conocer el grado de preocupación que tienen los gobiernos, en materia de salud y de educación, y así calificar el nivel de atención crediticia y de apoyo social que necesitan; resultando ser un criterio generalizado que todos lo aceptan tal cual. El porcentaje a que siempre hacen referencia, no puede ser igual para todos los países de la región, porque aplicado al presupuesto de cada uno de ellos, resultaría ser bastante elevado para unos y para otros quizás no. Por ejemplo, aplicar un 6% del PBI para la educación en el presupuesto de Haití, sería un imposible, ya que le absorbería todos sus recursos, en perjuicio de sus demás sectores, tal como también ocurriría en el Perú. De tal manera que, a nuestro entender, este marco referencial del PBI para la asignación presupuestal en el sector público, se debe sustituir por el del presupuesto del mismo país, y en adelante decir, “el 6% del presupuesto general…”, que sería lo más acertado.

      En realidad, este es un tema académico, pero que siempre es utilizado políticamente en campañas electorales, para sorprender a los incautos electores con ofertas irrealizables, y son los que siempre apuestan por ellos, confiando en su buena fe, aunque después se sientan defraudados.

      Es recurrente que en una plataforma de lucha sindical de los sectores Salud y Educación, esté presente el porcentaje de aumento en el presupuesto de sus sectores, el 6% del PBI. Esta pretensión sólo quedará en el anecdotario como una exigencia desatendida, y será el detonante de constantes fricciones entre el gobierno y los trabajadores; y lo más probable es que siga así, difiriéndose en el tiempo, indefinidamente, porque tal situación nos ubica en una posición de desventaja en el entorno sudamericano.

      Este procedimiento, como se indica, no es creación nuestra, y como siempre, proviene del exterior. A nuestro modesto entender, es inapropiado, porque se trata de comparar a dos elementos completamente distintos: El PBI y el Presupuesto General de la República; 1) El PBI que está constituido por todos los bienes y servicios que el país produce en determinado periodo de tiempo, y que en el año 2021 fue de $ 189,977 dólares ($ 189,977 x 3.79 = S/. 720,012); y 2) El Presupuesto General de la República que está conformado por la captación de recursos ordinarios y el endeudamiento interno y externo, según como convenga al país, y para el 2022 es de S/. 197,002 millones de soles.

      Como herramienta de gestión, todo esto viene a ser sólo una ilusión mental, una utopía, un deseo que no se podrá hacer realidad, porque si con este mismo criterio se efectuaran todas las asignaciones presupuestos de los distintos pliegos presupuestales, muchos de ellos se quedarían en la más absoluta orfandad de recursos, en razón de que el 6% del PBI seria de S/. 43,200 millones de soles (720, 012 x 6% = S/. 43,200) para Educación, pero ese mismo 6% equivaldría a S/. 11,820 millones de soles (197,002 x 6% = 11,820) del Presupuesto General de la República, o sea, S/. 31,380 millones más (43,200 – 11,820 = 31,380). Si de idéntica manera, igual resultado del sector Salud, que también reclama lo mismo, lo juntamos con el de Educación, entre los dos pliegos presupuestales sumarian S/. 86,400 millones de soles, quedando sólo S/. 110,602 (197,002 – 86,400 = 110,602) millones para repartirse entre los otros ministerios restantes. Gobiernos regionales, gobiernos locales, universidades y otras instituciones presupuestalmente autónomas. ¿Y para las obras públicas?, sencillamente no habrá presupuesto. Es decir que, en buen romance significa, que con la talla media de “Juan Pérez” no se podría vestir a “Margarito Machahuay” que tiene la talla XXX, porque faltaría tela, por ser dos personas distintas. En el tema que nos ocupa, ocurre lo mismo.

      El ex candidato Pedro Castillo ofreció en campaña electoral, elevar al 10% del PBI la asignación presupuestal del sector Educación, o sea, S/. 72,001 millones de soles, si a esta cifra le sumamos igual cantidad del sector Salud, entre los dos pliegos se tendrían S/. 144, 002 millones de soles, reduciéndose a sólo S/. 53,000 millones para el resto de los sectores (197,002 – 144,002 = 53,000), ¿Podrían sobrevivir en tales circunstancias?, claro que no. ¿A los asesores no se les habría ocurrido hacer una simple operación aritmética, como para darse cuenta que tal propuesta electorera era una aberración? Nada ha cambiado, se sigue ilusionando a la población, utilizando como caballito de batalla el cuento del 6% o del 10% del PBI para las asignaciones presupuestales de los sectores Educación y Salud, y hasta ahora no pasa nada.

       Como se ve, no habría forma de cuadrar las cuentas presupuestales, si se siguiera apostando por procedimientos que no compatibilizan con nuestra forma de manejar los temas presupuestales. Todos los países no utilizan las mismas herramientas para hacer sus diferentes mediciones, porque cada uno de ellos tienen sus propias características en usos y costumbres; por ejemplo, en el Perú, utilizamos el metro o kilómetro como unidad de medida para medir distancias, en otros países utilizan el pie, la vara, la yarda; nosotros utilizamos el kilogramo como unidad de medida para pesar bienes materiales, en otros utilizan la libra. O sea, cada país tiene sus propias particularidades que les hace ser diferentes. También, la tierra y el mar son dos extensiones geográficas donde se miden distancias; para medir distancias mar adentro, no podríamos utilizar el kilómetro, sino la milla náutica, que tiene un valor de 1,609 metros lineales; de igual manera, para medir una extensión terrestre, necesariamente tiene que utilizarse el kilómetro, que tiene un valor de 1.000 metros y no la milla, porque son medidas de distinta valoración.

        Con todos estos argumentos demostrado está que tenemos que cambiar de percepción, con respecto a la utilización del PBI, como marco referencial para las asignaciones presupuestales.

        La mayoría de las veces pecamos de ilusos, cuando alguna autoridad gubernamental o política, pretende hacernos creer que incrementando las asignaciones presupuestales de Educación y Salud en un 6% o 10% del PBI, o lo que fuere, se resolverán los problemas financieros de cada sector, lo que no es cierto, porque sería imposible cumplirlo, si tenemos en cuenta que el presupuesto en actual ejecución (S/. 197,002), resulta ser sólo la 3.6548 parte del PBI (S/. 720,012). Es un tema para la reflexión.

(*) CPC 06-340 – CELULAR: 922492395 / 910465099/ E-MAIL: seragur01@hotmail.com