Editorial

MILLONES DEL CANON SE VAN AL AGUA

Por incapacidad municipal:

Únicamente entre los meses de enero y julio del presente año, la municipalidad distrital de San Marcos, que pertenece a la provincia de Huari, ha recibido 524 millones de soles por canon y regalías mineras, sin duda la cifra más alta que ha obtenido una institución del país por este concepto. Sin embargo, de todo ese dinero, la comuna sanmarquina  ha utilizado en todo ese tiempo tan solo 163 millones de soles, es decir apenas el 24 por ciento; ni la cuarta parte.

Estas cifras, de por sí elocuentes, ponen de manifiesto que las autoridades y funcionarios encargados de administrar estos recursos, no han sido capaces de utilizar 361 millones de soles (76%), cifra que en el peor de los casos tendrá que revertir al erario nacional, como si la población de San Marcos no necesitase de obras que permitan  elevar su calidad de vida.

El hermoso distrito de San Marcos, en cuya jurisdicción se encuentra el centro minero Antamina, el más grande productor de cobre del país y por consiguiente el más importante tributario del canon minero, no es precisamente un distrito afortunado en lo que a gestión pública se refiere. Tampoco es el único.

Según un último informe de Transparencia Económica del MEF, entre enero y julio del presente año, la municipalidad provincial del Santa ha recibido por canon minero la suma de 106 millones de soles, en tanto que la comuna distrital de Nuevo Chimbote se ha beneficiado con 135 millones. Pero, según lo da a conocer la misma fuente, en ambos casos las proyecciones revelan que la utilización de esta cuantiosa suma de dinero no sobrepasa ni siquiera el 30 por ciento.

En una región donde más del 60 por ciento de la población vive en condición de pobreza, sin servicios básicos ni expectativas a corto plazo, y donde cuatro de cada diez niños menores de seis años padece de anemia crónica, es imperdonable que, por incapacidad de gestión, cada año se tenga que tirar al agua millones de soles procedentes del canon minero. Eso no es otra cosa que un insulto a las necesidades del pueblo ancashino. En una ofensa que en región tan rica, predomine la pobreza y la incapacidad.

Los recursos del canon minero, como lo dice su ley de creación, deben priorizar la ejecución  de obras de impacto en los campos de salud, educación, saneamiento, interconexión vial y promoción del bienestar social.  Pero para que esto se cumpla, los municipios tienen que presentar proyectos convincentes y de probada factibilidad, además de  demostrar con hechos los beneficios que han sido capaces de cristalizar con el uso eficiente del canon minero. Ante todos los actos de corrupción que vemos a cada momento, no podemos darnos el lujo de malgastar el fruto de la riqueza extraída de nuestro suelo.

A sido ante esta demostración de incapacidad que, a nivel del MEF, se ha considerado muy seriamente la posibilidad de crear un organismo, con categoría de autoridad autónoma, para que se encargue de captar los recursos del canon que no han sido utilizados y que, en vez que éstos reviertan al estado, puedan ser reinvertidos en aquellos lugares del país  que reclaman una mayor atención. En otras palabras, no tenemos porque seguir siendo un mendigo sentado en un banco de oro.