Por: Miguel Rodríguez Liñán (*)
Poco se sabe del filósofo de Efeso, no por gusto le llaman el Oscuro. Es curioso, sorprendente, estrambótico, por lo demás, que al primer teórico de la luz del logos, cuya metáfora es el fuego, se le conozca con tal nombre. De ser cachascanista como Huracán Ramírez, como Santo el Enmascarado de Plata, como Blue Demon, como Mil Máscaras, su nombre sería sin duda, señoras y señores, directamente de Jalisco, en esta esquina… ¡Luz Negra! Luz Negra inagura, por así decirlo, el proceso de unificación, de inter relación más bien, de los opuestos, de los aparentes contrarios que constituyen el dualismo reductor. Gracias a Luz Negra, nos enteramos que son complementarios e indisociables. Hay diálogo entre ambos. La corriente pasa, va y viene. ¿Será ésto el inicio de la tía dialéctica? Según el efesiano, el universo conocido –un infinitesimal puntito respecto al grandote– está compuesto de opuestos, que son los ejes, siguiendo un principio de fluctuación. En cuanto al fuego, estamos convencidos que es una metáfora. Con audacia, resumiremos diciendo que el logos es la vida, lo viviente de cada ser, su chispita de inteligencia y conciencia, y que esta es la luz, aunque sea negra.
Otro que realmente defeca fuera de la bacinica, colmo de colmos, es un tal Hipólito, autor de un libro moralista, dogmático y culiestrecho. No me extraña. Lo que sí me extraña, araña, es que siendo mosca no me conozcas: el despistado teólogo dice barbaridades superlativas sobre Luz Negra. Su confusión de espacio-tiempo es fenomenal. Recordemos que Luz Negra explica lo del logos, el dios, el fuego, el agua del río etc. seis siglos antes de la irrupción meteórica del Christos en el planeta Tierra. Ahora bien, este necio de Hipólito, hombre con vocación de inquisidor, quiere que el Christos sea anterior a Heráclito, para que éste sea discípulo de aquél. Escribe en Refutación de todas las herejías, IX, 10, 8: “En este capítulo, Heráclito expone el conjunto de su pensamiento, que es la del hereje, y que acabo rápidamente de demostrar. No es el discípulo de Cristo sino de Heraclito (¿?). En efecto, para este último, el mundo creado es él mismo su propio artesano (demiourgon) y creador (poieten); y lo dice así: “el dios es el día y la noche, el invierno, el verano, la guerra, la paz, la saciedad, el hambre…. Está en todos los contrarios y cambia como el fuego que, al ser mezclado con perfumes o condimentos, se le nombra según el perfume de cada uno de estos”. Sólo retenemos la cita del Oscuro. En otra ocasión, el devoto Hipolytus o Hyppolyte dice que tanto Heráclito como Sócrates merecían ser buenos cristianos… El que pueda entender, que entienda, como decía César Vallejo que también era buen bibliólogo.
Heráclito establece un sistema de relaciones gobernado por la ley de unidad de contrarios sin fusión, donde cada entidad antípoda conserva su propia esencia: juntos pero no revueltos, como podría ser un buen matrimonio. Nuestro logos particular, personal, es una emanación del logos único que contiene todas las cosas y seres y se complace y ama en la infinita multiplicidad de éstas y éstos. Me disculpo. Ya estoy hablando difícil. El logos, verbo, palabra, respiración o hálito vital, conciencia, inteligencia creativa, amor etc. es una relacion bipolar y recíproca entre el pequeño y el grande, entre el cosmos y el microcosmos. También se puede imaginar al logos como el viejo Platón lo hizo: como el lugar arquetípico o simplemente el arquetipo de las ideas; como el mundo intelegible, modelo del mundo sensible. El logos es la presencia del dios en cada uno. Brilla en la tiniebla pero no sera destruído por esta, que también es su razón de ser. Carajo, ya nos pusimos graves, zorro, perdón, sorry. Unas cuantas citas atribuídas a Luz Negra, con sus respectivas metidas de cuchara:
“Si todas las cosas se volvieran humo, las narices las conocerían” (cit. por Aristóteles en Del sentido y de lo sensible) A ésta podemos poner frente, como delante del espejito, estas que se le atribuyen al Christos, que ya citamos, en El Evangelio de Tomás: “Si los que os guían afirman: miren, el Reino está en el Cielo, entonces los pájaros están más cerca que ustedes; y si os dicen: miren, está en el mar; entonces los peces ya lo conocen… El Reino está en el interior de ustedes y en el exterior de ustedes…” lo que nos manda directo a Lucas 17, 21.
“Este mundo que es el mismo para todos, no lo hecho ni el dios ni el hombre. Siempre ha estado allí, siempre es y siempre será, como un fuego siempre vivo que se prende y se apaga constantemente” (cit. por Clemente de Alejandria en Estromatas).
“Cuando llegue el fuego, juzgará y arrasará con todo” (cit. por Hipolitus. Que se nos permita cierta reticencia escéptica en esta atribución: ya lo conocemos al Ippolito. “Eso dice el Oscuro”, afirma en su pestilente Refutación de todas las herejías. Nos parece dudoso, sospechoso. Ya escribió el viejo Isaías –escritor eximio, poeta de fulgurante estilo –: “Dios vendrá con el fuego” (Is 66, 15).
“El sol es nuevo cada día” (cit. ibd. Hip.), rayo que podemos comparar con: “Lo que ha sido, será; lo que fue hecho, volverá a ser hecho ¡No hay nada nuevo bajo el sol!” (Eclesiastés 1, 9-10)
“Para el dios todas las cosas son bellas y buenas y justas; pero el hombre considera justas unas, injustas otras” (cit. por Porfirio-Porphyre, Quaestions homericae ad Iliadem). Pensamos en el western Lo bueno, lo malo y lo feo, con Lee Van Cleef, Clint Eastwood y Eli Wallach.
“Los burros escogerían la paja en lugar del oro” (cit. or Aristóteles en su Etica a Nicomaco. Esto merece profunda, profundísima reflexión. Supongamos: estamos en pleno desierto de Sechura al cabo de tres días extenuantes de marcha, sin comer y sin beber gota de nada, sin beber sobre todo. De pronto, por arte de magia, aparece una chela bien helena junto a un lingote de oro…
“Entramos y no entramos en los mismos ríos; somos y no somos” (cit. por su tocayo Heráclito el Retórico, in Alegorías de Homero – un saludo para Charlie en Canada Dry)…
“No se puede entrar dos veces en el mismo río” (cit. por Plutarco- Plutarcus). Opinamos que es la variante célebre de lo anterior. Opinamos igualmente que ese río imaginario algo tiene que ver con el logos, agua que me quemo, torrentes de lava en un lago de hielo…
“Me busqué yo mismo” (cit. por Sócrates)
Y para terminar, esta tan bonita:
“La cultura es un segundo sol para los hombres de saber” (cit. por. Proclus in Comentario sobre La República, seguramente la del viejo Plato, libro que odiamos. En nuestro caso actual, aquí en los lindos campos de La Trévaresse, se trata más bien de la agricultura. Mucho olio de oliva también. Y yerbas provenzales. Cualquier cantidad de condimentos y especias: gengibre, comino, culantro, bayas, ajicitos, canela, amapola, ajo en polvo, raz el hanouth, clavo de olor etc. etc. Como para perfumar unas veinte o veinticinco hogueras de altos fuegos.
(*) Escritor y Poeta radicado en Francia.