Editorial

UN HOSPITAL MAL DE SALUD

El Seguro, ya no es seguro:

Si usted, amable lector, es afilado a Essalud y necesita someterse a una radiografía para saber a ciencia cierta de que mal padece, ahora tiene que esperar un mínimo de tres meses para que recién le practiquen esa prueba y pueda salir de la duda. Antes, imposible. Hace ya mucho tiempo que la capacidad de atención del Hospital III de Chimbote ha colapsado por completo, razón por la cual es muy lamentable que no puede brindar a los asegurados una atención oportuna ni mucho menos satisfactoria.

Además de la falta de personal especializado, que ya es un mal crónico, existe una larga lista de otras carencias y limitaciones que van desde la falta de equipos e instalaciones en buen estado hasta el desabastecimiento de medicinas, a tal punto que hoy por hoy, conforme  lo afirman los propios asegurados, acudir al Seguro ya no es seguro.

En vísperas de cumplir sesenta años de funcionamiento, es realmente patético, por decir lo menos, observar que el Hospital III de Essalud sea incapaz de garantizar una atención satisfactoria a sus asegurados por muy delicado que pudiera ser su estado de salud. Inaugurado en julio de 1963 para atender la demanda de 30 mil afiliados al sistema, hoy la infraestructura del nosocomio sigue siendo la misma no obstante que el número de asegurados ha sobrepasado los 300 mil.

Es realmente conmovedor el cuadro que ofrecen enormes colas de pacientes que más de los días congestionan los pasadizos del hospital en procura de conseguir una cita o atención externa, esfuerzo que más de las veces termina siendo inútil. Pero el cuadro que ofrecen los pacientes que acuden a la sala de emergencia, es todavía más conmovedor. Muchos de ellos tienen  que “hacer cama” sentados en una silla de ruedas o en el mejor de los casos en colchones que han sido colocados en el suelo.

Por otra parte, la lista para la atención en consultorios externos es igualmente larga y está sujeta a una espera de semanas y meses de por medio, sin importar cuán grave o urgente sea la necesidad de atención. Impotentes ante este cotidiano escenario, los asegurados que están en condiciones de hacerlo se ven obligados a acudir a una clínica o centro de salud particular, mientras que aquellos que no lo están, sencillamente quedan a la espera de lo que decida la divina providencia. Como en tiempos de guerra.

Conforme lo ha dado a conocer el Diario de Chimbote, atendiendo el reclamo de los asegurados la Defensora del Pueblo, Dra.  Rosslyn Villanueva, ha constatado in situ esta calamitosa realidad. Es de esperar por tanto que la visita incida en el ánimo de los funcionarios de Essalud para que realicen un esfuerzo y reduzcan el impacto que estas carencias y limitaciones afecta actualmente el estado de salud de los asegurados.

Entre tanto, como lo hemos informado en nuestra edición de ayer, recién el viernes 28 del presente mes se llevará a cabo el proceso de precalificación, convocado por Pro Inversión, para elegir a la empresa que tendrá a su cargo la construcción del hospital de alta  especialidad de Essalud que estará ubicado en Nuevo Chimbote. Si nada se interpone en el camino, es posible que la licitación se esté otorgando durante el primer trimestre del 2023. Siendo así, el nuevo hospital podría ser una grata realidad dentro de los próximos 3 ó 4 años a más tardar.

Mientras tanto, bastante harían los directivos de Essalud en reducir o por lo menos detener la enorme brecha que separa la demanda de los asegurados y la capacidad de atención del Hospital III, un centro salud que paradójicamente se encuentra en muy mal estado de salud.