En un reciente operativo, personal de Sedachimbote puso al descubierto que la conocida empresa conservera Coprosac, ubicada en la zona industrial del 27 de Octubre, tenía instalada una conexión clandestina y muy bien camuflada para proveerse en forma ilícita del servicio de agua potable, sin que por supuesto ese consumo figure en el recibo de pago.
No es esta la única ni la primera vez que la empresa del agua se da con este tipo de ingratas sorpresas. Como se recuerda, una de las razones por las que se paralizó la obra de reconstrucción de la avenida Brea y Pariñas fue precisamente el descubrimiento de numerosas tuberías de desagüe industrial, todas ellas provenientes de esta zona, que empresarios inescrupulosos habían conectado en forma clandestina e irresponsable a las redes de desagüe doméstico, haciéndolas colapsar. Un verdadero atentado contra la salud y el medio ambiente.
Cuando estas conexiones clandestinas las realiza un modesto poblador, Sedachimbote no duda un solo instante en aplicarle todo el peso de la ley, empezando por una fuerte multa. Sin embargo, hasta hoy no se sabe si también hará lo mismo con el propietario de la empresa Coprosac.
Aún cuando esta práctica no es nueva ni exclusiva, llama la atención que los empresarios pesqueros, con todo el poder económico que poseen, acudan a la informalidad y al empleo de malas artes para sacarle la vuelta a la ley y particularmente para evadir las normas de saneamiento. Con mayor razón, si se tiene en cuenta que la conserva de pescado es un producto de primera necesidad que va directamente a la mesa popular, debiendo su elaboración estar exenta de toda irregularidad y observancia.
Por más que se trate de tapar el sol con un dedo, hechos como éste muestran la otra cara del sector pesquero, ahí donde muchas irregularidades y criolladas pasan por desapercibidas ante los órganos de supervisión y fiscalización, llámense Produce, Sanipes, ANA, municipalidad, etc. Es realmente muy lamentable que este sector industrial, lejos de ser un ejemplo de formalidad, siga siendo proclive a ilegalidad y al hecho prepotente de hacer lo que le da la gana. Eso, desde luego, afecta la imagen de Chimbote en su condición de emporio de esta actividad.
La pregunta que se cae de madura es ¿dónde está la cultura empresarial del sector pesquero?. Para no incomodar a los señores de la Sociedad Nacional de Pesquería, trasladamos la pregunta a nuestros amigos de la Cámara de Comercio y Producción de la Provincia del Santa.
NOS LLAMAN LOS BOMBEROS
Cada vez que los bomberos acuden a sofocar un incendio o atender cualquier otro tipo de emergencia, no solamente realizan una exhibición de coraje, entrega y sacrificio en favor de la comunidad, labor con la que siempre estaremos en deuda. En cada intervención, y aunque sin proponérselo, los sacrificados hombres de rojo también exhiben una in grata realidad. Esto es: vehículos en pésimas condiciones de mantenimiento, mangueras que “hacen agua” por todos lados, uniformes remendados y carencia de equipos de protección personal. A pesar de estas carencias, nuestros amigos bomberos han demostrado que nunca bajan la guardia. En toda emergencia, siempre están presentes.
En más de una oportunidad el Diario de Chimbote se ha ocupado ampliamente de este delicado tema. Es más, cada vez que se produce un siniestro de grandes proporciones, las autoridades locales y regionales se deshacen en promesas, ofreciendo la reparación y compra de nuevos equipos contra incendio. Pero tan pronto como los bomberos apagan el fuego, los ofrecimientos también se esfuman por completo. Nunca se hacen realidad.
Como para no seguir dependiendo de ofrecimientos que jamás se cumplen, el Comité de Apoyo a la Compañía de Bomberos N° 107 “Ismael Pomar Iturrino” de Nuevo Chimbote, ha organizado una gran rifa gigante a fin de recaudar fondos para la compra de nueva indumentaria y equipos para uso de los miembros de esta institución de servicio.
Los premios consisten en electrodomésticos, víveres, prendas de vestir y regalos, que han sido donados por gente de buen corazón. La rifa se realizará el domingo 13 de noviembre y cada ticket de colaboración tiene el valor simbólico de 5 soles. Esta es, pues, la oportunidad para demostrar nuestra gratitud con los hombres y mujeres que arriesgan sus vidas para salvar vidas. Ahora nos toca a nosotros atender el llamado de los bomberos.