Editorial

NO APTO PARA EL DESCANSO EN PAZ

Cementerio Divino Maestro:

Como ya es tradicional, el pasado 8 de octubre, con ocasión del 36° aniversario del Diario de Chimbote, quienes laboramos en ese medio de comunicación participamos de una romería al cementerio Divino Maestro, donde se halla el  mausoleo de la familia fundadora y propietaria de esta casa editora. Algo que de ninguna manera pudo pasar por inadvertido en ese momento, fue la presencia de numerosos montículos de tierra y desmonte que impedían el tránsito peatonal en diversos pasajes al interior del camposanto y que, imaginamos, se debe a trabajos de reparación y mantenimiento.

Veintidós días después sin embargo, cuando pensabamos que los montículos ya habían sido retirados y eran cosa del pasado,  nos hemos dado con la ingrata sorpresa de comprobar que éstos continúan en  el mismo lugar, tal como lo hemos dado a conocer con fotos ilustrativas  en nuestra edición de ayer.

Pero aparte de los montículos, que ya son motivo de mucha molestia, se  puede notar al interior del cementerio una falta de limpieza generalizada, conforme lo ha constatado la sub prefecta de la provincia del Santa, Alicia Tapia Rivera. ¿Por qué tienen que ser otras personas quienes se percaten de esta deficiencia y no propia Beneficencia Pública de Chimbote que es la encargada de administrar el cementerio?.

Sucede que la presencia de estos montículos y la falta de limpieza en el primer camposanto de la ciudad, se da a escasas horas de celebrarse hoy el Día de los Difuntos, fecha en la que miles de personas acuden al cementerio a dejar flores a sus seres queridos. Se ha podido advertir que los participantes de más de un cortejo fúnebre, tienen que hacer malabares con el ataúd y ofrendas florales a cuestas, para sortear los montículos y no terminar en el suelo. Mayor indolencia no se puede aceptar.

Por lo mismo que el cementerio Divino Maestro es un recinto de alta concurrencia,  sinceramente no se puede aceptar que permanezca tantos días en condiciones deplorables, ofreciendo además  a propios y extraños una  pésima y vergonzosa imagen de la ciudad. Eso, en realidad, es una ofensa para Chimbote.

Que el residuo de los trabajos de reparación y mantenimiento permanezca uno o dos días antes de ser evacuado, está dentro de lo permitido. Pero que se mantenga en el mismo lugar por más de veinte días, ya es una señal de descuido y desinterés que no cabe en ninguna institución del estado.

Por tanto, algo tiene que hacer la Beneficencia Pública de Chimbote para enmendar cuanto antes esta lamentable situación. Tal como está en este momento, el Cementerio Divino Maestro no es apto para el descanso en paz.