Editorial

¿VAMOS A LA PLAYA?

A la espera de un pronunciamiento oficial:

Con la salud no se juega. Ante la muerte sintomática de pelícanos que se viene registrando en playas de Chimbote y Nuevo Chimbote, algunas voces se han dejado escuchar no solo para advertir que se podría tratar de una posible epidemia,  con eventual repercusión en la salud humana, sino también para pedir que se declare en emergencia el litoral de Ancash y se  prohíba el ingreso de veraneantes a las playas.

Otras voces en cambio han salido a los medios de comunicación para minimizar lo sucedido y más bien  proponer a la población que acuda a las playas sin ningún temor, a disfrutar como siempre de un grato momento de recreación.

Frente a esta atípica controversia, la razón nos recomienda que es preferible tomar las cosas con la mayor prudencia posible. De ninguna manera se puede minimizar la muerte masiva de pelícanos, que en algunos casos aparecen muertos en plena zona urbana. Algo inusual y de mucho cuidado debe estar sucediendo.  Pero no por eso hay que llegar al extremo de crear una suerte de sicosis colectiva, que podría resultar más dañina que la propia muerte de las aves. Es necesario tomar las cosas en su real dimensión.

Entendemos que para efectos de esclarecer  situaciones de esta naturaleza,  existen organismos oficiales e instituciones directamente vinculadas con la salud pública, que además cuentan con la capacidad operativa y logística que se requiere para estos casos. Son estos organismos e instituciones los llamados, en primer término, a identificar con absoluta certeza las causas de esta epidemia aviar y, por consiguiente, a emitir un pronunciamiento que despeje todo tipo de dudas y que al mismo tiempo devuelva  el clima de tranquilidad que la población necesita.  No es posible ser indiferentes ni guardar silencio  ante especulaciones infundadas, que incluso sugieren predicciones  apocalípticas.

Creemos que la primera institución en hacer esta aclaración es la Dirección Regional de Salud del gobierno regional de Ancash. Hasta ahora este organismo no ha emitido ningún pronunciamiento oficial al respecto, como si  la salud de la región no tuviera ninguna importancia. En vísperas de concluir su gestión dentro de las próximas tres semanas, da la impresión  que quienes dirigen esta importante dependencia regional están más preocupados en atender asuntos internos,  que los riesgos y contingencias que amenazan a la población.

Asimismo, existen instituciones como el Colegio Médico, Colegio de Biólogos y la misma Universidad Nacional del Santa, con capacidad para contribuir a identificar las causas de esta contingencia  y determinar con la mayor propiedad el nivel de riego que esto puede representar para la población. No basta con enterrar bajo la arena el cuerpo de las aves muertas. Alguien tiene  que salir al frente para poner los puntos sobre las íes y llamar las cosas por su nombre.

Las únicas personas  facultadas para promover la participación de estos organismos e instituciones  son el gobernador regional y los alcaldes provinciales y distritales que aún se encuentran en funciones.  Pero en vista que todos ellos ya tienen un pie en el partidor, todo parece indicar que están pensando en cualquier otra cosa, menos en la salud y el bienestar de la población.

La próxima semana comienzan las vacaciones escolares y se inicia una nueva temporada de verano. Eso quiere decir que en los próximos días las playas se van a llenar de gente, algo que difícilmente se puede impedir. Lo correcto sería que, por lo menos, alguien dé a conocer a estas personas las recomendaciones que la situación amerita. Eso no es mucho pedir.