Editorial

OJO CON LA TITULACIÓN

Nuevas ciudades en marcha:

Hace 150 años, cuando los hermanos Enrique y Juan Gilberto Meiggs levantaron e inscribieron  el primer plano de Chimbote, éste abarcaba 60 hectáreas o manzanas que son las que conforman el ahora denominado casco urbano. Históricamente, a partir de aquella fecha se inició el primer proceso de titulación urbana de la ciudad de Chimbote.

Siglo y medio después, COFOPRI y la municipalidad provincial del Santa se encuentran realizando en este momento el proceso de titulación de más de doscientos asentamientos humanos  que se hallan posesionados en las denominadas 308 y 217 hectáreas  del distrito de Nuevo Chimbote y que, como se sabe, pertenecieron al proyecto especial Chinecas.

En conjunto,  estos asentamientos humanos ocupan 525 hectáreas o manzanas, una extensión que equivale a  8.75 veces el tamaño que tuvo Chimbote en el momento en que nació como ciudad. Se puede decir que allí, en ese medio millar de hectáreas, se están incubando en estos días muchas futuras ciudades,  razón más que suficiente para que el  proceso de titulación se lleve a cabo de la manera más escrupulosa posible.

Decimos esto porque según se ha podido conocer, COFOPRI  ha otorgado una segunda oportunidad a más de 300 familias ahí posesionadas para que puedan demostrar con la presentación de  algún documento, que efectivamente tienen derecho de acogerse a este proceso. Quiere decir por tanto que aún existe un margen de dudas que podrían poner en tela de juicio el trabajo tanto de COFOPRI como de la municipalidad provincial del Santa.

Sería oportuno por eso que se informe asimismo en  qué situación quedó el ofrecimiento de la comuna provincial de poner en manos de COFOPRI los padrones  de ocupantes debidamente verificados. El otorgamiento de una segunda oportunidad  para corroborar si algunos ocupantes tienen derecho o no a la titulación, significa que los padrones existentes contienen muchas dudas por aclarar.

Valga la redundancia, no sería extraño que en este proceso existan manos extrañas. Se sabe de muchas personas  que desde la sombra quieren lucrar con la titulación, entre ellos  aquellos que se hacen llamar dirigentes de la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Coishco. Esta institución de origen colonial fue desactivada  por el gobierno militar de Velasco Alvarado precisamente por haber lucrado con el tráfico de tierras a raíz del terremoto de 1970. Aún así, quienes pregonan ser  “legítimos representantes” de esta institución ahora fantasmal, solo aparecen en cada denuncia relacionada con la venta ilegal de las tierras de Chinecas.

Asimismo, conforme se ha denunciado en más de una oportunidad, tampoco sería extraña la intervención, a control remoto, de algunos funcionarios de la propia comuna provincial, gracias a la prerrogativa de ser ellos quienes tienen la sartén por el mango. Ya en una oportunidad un ex director de Desarrollo Urbano estuvo un buen tiempo en prisión por este motivo.

Ya se han cumplido 12 años desde que estos asentamientos humanos nacieron en medio de los arenales como resultado del aprovechamiento político y electorero. Nada de la “tierra prometida” que les ofrecieron mientras cargaban sus esteras, se ha hecho realidad.  Lo poco que tienen,  lo han obtenido a costa de su propio esfuerzo. Pero el título de propiedad sigue siendo indispensable. Sin él no es posible acceder a la instalación de los servicios básicos de agua, desagüe y electricidad.

Ahora que estamos ad portas de un cambio de gestión edil, urge tener los ojos bien puestos en el proceso de titulación.