Autos a Trujillo:
Esta es otra historia de nunca acabar. Más de los días, personal de la gerencia de Transportes de la Municipalidad Provincial del Santa dedica una jornada completa de ocho horas a la realización de un operativo que hasta hoy no surte ningún resultado positivo. Todo este esfuerzo personal y de logística, cae en saco roto y es en vano. Por más que se les persiga, por más que se les invoque y por más que se les notifique, nada ni nadie detiene el accionar de los autos piratas que transportan pasajeros entre Chimbote y Trujillo.
El despliegue de esfuerzo y de horas -hombre que la municipalidad dedica a estos operativos no está sirviendo de nada. Los autos y combis piratas, son una plaga que se ha vuelto imposible de combatir. Y no solamente tiene su centro de operaciones en los alrededores del Terminal Terrestre. Ahora tienen paraderos en otros puntos de la ciudad y hasta en Nuevo Chimbote.
En vista que este servicio es informal y no está sujeto a normas de horario y velocidad controlada, choferes y llamadores seducen al pasajero con el cuento de realizar el viaje a la ciudad de Trujillo en menos de hora y media, sin importar para nada el riesgo que esto representa para la vida y la integridad de las personas. Muy por encima del concepto de servicio al pasajero, se impone el simple afán de lucro y aprovechamiento.
Como ya lo hemos advertido en este mismo espacio de opinión, esta imprudente informalidad vehicular expone al pasajero a más de un riesgo o contingencia. Pues en caso de presentarse algún desperfecto o de ocurrir algún accidente, el pasajero no tiene derecho a ningún tipo de reclamo. Ante la necesidad de tener que continuar su viaje en otro vehículo, deberá hacerlo por su cuenta y bajo su entera responsabilidad. El costo del pasaje no se devuelve.
Pero eso no es todo. El SOAT con el que cuentan estos automóviles o combis, es para vehículos particulares y bajo ningún concepto cubre el riesgo que corren los pasajeros. Aún así, es cierto que son muchas las personas que utilizan este servicio informal, más de las veces por razones de trabajo o para llegar a tiempo a una cita hospitalaria.
Por lo que se ha podido advertir en los últimos días, los operativos contra estos autos piratas ha quedado en manos únicamente de la Municipalidad Provincial del Santa. La Fiscalía de Prevención del Delito y los miembros de la Policía Nacional, que antes se sumaban a esta lucha contra la informalidad, ahora brillan por su ausencia. ¡Qué más quieren los piratas sobre ruedas!.
Considerando el terreno jurisdiccional, la comuna provincial está facultada para realizar estos operativos a lo mucho hasta antes del túnel de Coishco. De ahí para adelante los colectivos piratas tienen la pista a su entera disposición. Ni la policía de carreteras, ni el Ministerio de Transportes, ni ninguna otra institución de control, es capaz de ponerles la mano encima. Estos vehículos tiene la condición de intocables. Tanto así que hasta tienen un paradero exclusivo en la ciudad de Trujillo.
El hecho mismo que a pesar de tanta informalidad continúen circulando con la más absoluta libertad, significa que los choferes de estas unidades ni siquiera tienen una papeleta en contra. Y eso es algo que llama poderosamente la atención. ¿Quién o quiénes están detrás de la piratería sobre ruedas?.