Editorial

VOLVIENDO A EMPEZAR

Hospital El Progreso:

Si las cosas se hubieran  hecho bien desde un principio, hace más de tres meses  ya hubiera concluido  la construcción del hospital El Progreso.  Si eso hubiera sucedido, en este momento el nosocomio  se encontraría en proceso de implementación y  equipamiento, en vísperas de empezar a funcionar. A estas alturas, una población compuesta por  84 mil habitantes no tendría porque seguir pasando  angustias ni pagando  atención médica particular.  Tampoco tendría porque  realizar grandes esfuerzos para  viajar a otras ciudades en busca de atención hospitalaria.

Hasta hoy se recuerda el júbilo general  que produjo en la ciudad de Chimbote   aquel 2 de julio del 2021 el inicio de la construcción del hospital. Según el contrato celebrado entre el PRONIS y la empresa china Consorcio El Progreso, el  plazo de ejecución fue de quince meses. Lo que quiere decir que en septiembre del 2022, el Hospital El Progreso debió estar concluido al cien por ciento y en este momento ya estaría próximo a entrar en funcionamiento. Nada de esto sin embargo ha sucedido.

Aún está fresca en nuestra memoria ,  los ribetes de escándalo  que en junio del 2022  obligaron al PRONIS a tener que rescindir el contrato con  Consorcio El Progreso, todo ello  tras hacerse público que la obra se hallaba paralizada desde el tercer mes de haberse iniciado y con poco menos del 10 por ciento de avance.

Ante el silencio que tanto PRONIS  como el Consorcio  el Progreso trataron de mantener,  trascendió que el motivo de la paralización estaba en el expediente técnico. Quienes elaboraron este documento no previeron la instalación de aisladores sísmicos.  Según los expertos en la construcción de estos proyectos, los aisladores sísmicos son  un sistema de rodamiento que se instala en la base de toda gran edificación,  cuya finalidad es amortiguar el impacto de cualquier movimiento  telúrico. Los mismos expertos señalan que la instalación de estos aisladores es de fiel cumplimiento en toda obra de envergadura, con mucha mayor razón en el caso de un nosocomio.

No se entiende por eso cómo es que los autores del expediente técnico, no hayan previsto este detalle. Peor aún si se tiene en cuenta que  la ciudad  de Chimbote es centro de continuos movimientos sísmicos, precisamente por hallarse dentro del  denominado cinturón de fuego del Pacífico.  ¿Cómo puede ser asimismo que los técnicos de la empresa contratista no advirtieran esta falencia antes de firmar el contrato?

Tras haberse convocado una nueva licitación, anteayer se reinició la construcción del hospital El Progreso aunque en medio de un comprensible escepticismo. La obra empezará prácticamente desde cero, con un plazo de ejecución de quince meses.

De no presentarse nuevos imprevistos, eso quiere decir que la construcción del hospital debería estar concluida a fines de mayo del 2024. En cuestiones de salud, una hora o un minuto pueden ser decisivos. Imagínense lo que significa para 84 mil habitantes tener que esperar quince meses más.

Después de todo lo que ha pasado con esta obra tan reclamada y sin que esto conlleve a perder la fe, no es fácil recuperar la confianza  cuando se tiene que volver a empezar. Ojalá estemos equivocados.