Gestión regional:
Como lo ha revelado el Ministro de Economía y Finanzas, mediante el Portal Transparencia Económica, en sus primeros setentaicinco días de gestión el gobierno regional de Ancash ha invertido apenas el 0.3% de su Presupuesto Inicial Modificado (PIM), el más ínfimo entre todas las regiones del país. De alguna manera, esta inquietante revelación estaría confirmando lo que adelantamos en un comentario anterior en el sentido que la gestión que encabeza el gobernador regional Fabián Koki Noriega Brito, habría llegado al poder con la mente en blanco y las manos vacías. Un mal presagio y al mismo tiempo un mal comienzo.
Obviamente, setentaicinco días es un espacio de tiempo relativamente muy corto como para evaluar los pro y los contra de una gestión elegida para gobernar cuatro años. En todo caso, solo podría hablarse de un pronóstico reservado o por confirmar. Aún así, no se puede descartar que esta pequeña porción de tiempo es más que suficiente para advertir una señal de lo que se avecina. Para muestra basta un botón, como bien lo afirma el sabio dicho popular.
No está demás referir que el señor Koki Noriega Brito es el primer gobernador de Ancash que ha sido elegido en primera vuelta. No ha tenido necesidad de perder más tiempo y esfuerzo en participar de una segunda vuelta. Eso quiere decir que, desde el mismo día de su elección, ha tenido tiempo más que suficiente para afinar un buen plan de gobierno y empezar a trabajar en la ejecución de obras y proyectos de probada factibilidad inmediatamente después de haber juramentado. Algo de todo lo que ofreció durante su campaña electoral, a estas alturas ya se podría estar visualizando.
Los hechos, empero, demuestran lo contrario y avivan, con fundado temor, que se pueda repetir lo que ha sucedido con gestiones anteriores. Y la verdad es que la región Ancash continúa igual o peor que cuando fue el departamento de Ancash: solo un cambio de nombre y nada más. Ancash se mantiene en el despeñadero de la incertidumbre. Lo único que se ha incrementado a límites inigualables es la burocracia y la corrupción. En eso nadie nos supera.
Prueba de ello es el caso del Politécnico Nacional del Santa, al que dedicamos el comentario de ayer, una institución emblemática con más de 60 años de antigüedad que se viene cayendo a pedazos sin que el gobierno regional de Ancash dé muestras de mayor interés en la construcción de su nuevo local. Situación que se repite con el nuevo hospital La Caleta que no tiene cuándo empezar.
Si en setentaicinco días de gestión el ente regional no ha dicho ni una sola palabra sobre el particular, quiere decir que una vez más podríamos estar ante un mal comienzo.