Editorial

UN HOSPITAL 10 AÑOS “HOSPITALIZADO”

La Caleta:

De haberse realizado una gestión conforme lo establecen el Reglamento Nacional de Construcciones y el Organismo Supervisor de Contrataciones con el Estado (OSCE), es decir cumpliendo estrictamente todas las formalidades de ley,  hace tiempo que  el nuevo Hospital La Caleta sería una hermosa realidad y no una triste decepción como lo es hasta hoy.

Como lo hemos informado ampliamente en nuestras ediciones de ayer y anteayer, ahora se confirma que desde un primer momento, cuando se iniciaron los trámites para la construcción del nuevo nosocomio,  la gestión del ex presidente regional  César Álvarez Aguilar hizo deliberadamente todo al revés.

En efecto, el 20 de enero del 2010 el  ministerio de Economía y Finanzas aprobó la viabilidad del proyecto con un presupuesto de 178 millones de soles, oficializando esta viabilidad con el código SNIP 110673. Pero, claro, para que el MEF autorice la transferencia de este presupuesto, el proyecto de la obra debía contar, primero, con un expediente técnico correctamente elaborado y debidamente aprobado.

Hoy se sabe, con toda certeza, que dicho expediente jamás fue aprobado debido al sinnúmero de observaciones que posee. Aún así, y bajo la sombra de una extraña y extrema premura, en el 2013 la gestión de César Álvarez Aguilar a través de la famosa OEI la ejecución de la obra al Consorcio La Caleta.

A diez años de aquella apresurada Licitación, ahora  no tiene porque llamar  la atención que el mencionado consorcio haya estado conformado por varias empresas que ya habían sido sancionadas por la OSCE y en ese momento estaban legalmente  impedidas de contratar con el Estado.

Por otro lado, a pesar que ya por esa época se hablaba que el nuevo hospital sería construido en el terreno del P.J. Dos de Mayo, el expediente técnico con el que Álvarez Aguilar firmó el contrato de ejecución, tenía como ubicación el terreno que el nosocomio viene ocupando desde hace 75 años, es decir en el lugar de siempre.

Pero para salirse con las ganas de hacer las cosas a su manera, el ahora encarcelado ex presidente regional  buscó la intermediación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), un organismo de fachada que solía cobrar una “comisión” de entre el 3  y 5% del presupuesto de la obra por cada intermediación. Ahora se entiende porque nunca más la OEI ha vuelto a aparecer por estos lares.

Como todos sabemos, el contrato firmado entre César Álvarez Aguilar y el Consorcio La Caleta, quedó sin efecto. Según se explicó posteriormente, en el caso de los hospitales  es el Programa Nacional de Infraestructura de Salud (PRONIS)  el organismo al que le corresponde asumir la función de Unidad Ejecutora. Los gobiernos regionales y locales, según sea el caso,  solo están facultados para elaborar el expediente técnico y hacer entrega del terreno física y legalmente saneado. Así de claro.

De ahí que la hazaña realizada por César Álvarez Aguilar en lo que respecta al Hospital La Caleta, le haya costado al gobierno regional de Ancash una millonada de soles cuya exactitud aún se desconoce. Un gasto que no ha servido para nada. Lo que sí se sabe es que, a pesar de no haber colocado un solo ladrillo, el Consocio La Caleta planteó una demanda al gobierno regional por daños y perjuicios, consiguiendo el pago de 8 millones y medio de soles gracias al milagro de los arbitrajes.

Esta historia bien puede concluir como los cuentos de hadas, donde al final todos ganan y terminan viviendo felices. Aquí el único que no gana es Chimbote. El hecho que la construcción del nuevo hospital La Caleta no se haya ejecutado en 13 años de gestión, quiere decir que nadie sabe hasta cuándo el proyecto seguirá hospitalizado.