Editorial

SOBRAN RAZONES PARA TEMER LO PEOR

Hospital El Progreso:

Alarmados por la extraña  demora en el reinicio de  la construcción del Hospital El Progreso, los dirigentes vecinales del  mencionado pueblo joven  no tuvieron mejor idea que dirigir una carta a la oficina central de la empresa contratista,  Consorcio Salud Progreso, ubicada en la ciudad de Lima,  para que explique las razones de  este prolongado y  alarmante retraso. Pues  cada vez que acuden a la obra para conversar con los  responsables de la construcción, jamás encuentran a un solo trabajador. Y eso de ninguna manera puede pasar por alto. Pues a casi dos años de haberse iniciado su construcción y haberse pagado millones de soles, el hospital por el que tanto luchó el pueblo de Chimbote hasta hoy es una  obra fantasma.

De ahí que grande fue la sorpresa  de los dirigentes  vecinales cuando al cabo de unos días, la agencia Courrier  les devolvió el sobre  aduciendo que en la dirección señalada “no funciona ninguna empresa constructora”.  Por muy intrascendente que pudiera parecer esta  circunstancia, todo parece indicar que estamos frente a una grotesca y preocupante falta de seriedad.

Como hemos informado en reiteradas oportunidades,  la construcción del hospital se inició el 2 de julio del 2021, con un presupuesto de 54 millones de soles y un plazo de ejecución de 15 meses que se cumplió  en septiembre del 2022. En aquella oportunidad, el contrato fue firmado entre PRONIS, en su condición de unidad ejecutora,  y el Consorcio Progreso, conformado por dos empresas de origen chino.

Sin embargo,  a fines de marzo del 2022,  cuando todos pensábamos que la cosa marchaba a las mil maravillas, la Federación Médica de Ancash sorprendió  a todo el mundo con una noticia bomba. A nueve meses de haberse iniciado la obra, ésta se hallaba paralizada con apenas el 10 por ciento de avance.

Ante semejante escándalo,  recién a fines de junio PRONIS se pronunció, viéndose obligado a rescindir el contrato  y convocar  a una nueva licitación. Esta nueva licitación se realizó  el 12 de noviembre del 2022 y fue adjudicada al Consorcio Salud Progreso, conformado por las empresas  Pérgola SAC y Riva Sociedad Anónima Inmobiliaria Industrial, Comercial, Financiera y Agropecuaria(?) Sucursal Perú.  Para entonces se supo que el saldo de la obra  había sido incrementado a la jugosa suma de S/ 62´953,178.18.

Hasta ahí, pareciera que todo está bien, pero no es así. De acuerdo con el nuevo contrato firmado esta vez entre PRONIS y Consorcio Salud Progreso, los trabajos deberían empezar el 25 de enero del presente año, por algo antes de navidad  ya se había otorgado el adelanto de por medio. Pero conforme se ha podido conocer, hasta el 28 de febrero el avance ha sido apenas del 0.27 por ciento, prácticamente nada.

Por otro lado, ha trascendido que una de las empresas que integran el Consorcio Salud Progreso, habría presentado como respaldo financiero una carta de línea de crédito por 35 millones de soles otorgada por una cooperativa de ahorro y crédito cuyo capital es de tan solo 680,546 soles. Es como comprar a crédito un trasatlántico poniendo como garantía un destartalado bote de madera.

En opinión de los dirigentes vecinales y de la Federación Médica de Ancash, lo que Consorcio Salud Progreso estaría buscando es la rescisión  del contrato. Eso allanaría el camino para ir a un arbitraje y sacarle al estado más dinero del que ya le han sacado.

¿Y el hospital cómo queda? . Eso es algo que solo PRONIS está en lo obligación de responder y aclarar, salvo que los organismos de control y el Ministerio Público se animen a cumplir su papel e intervengan la obra. Ante un escenario como éste, sobran razones para temer lo peor.