Editorial

¿COOPERATIVA FAVORITA?

PRONIS tiene:

“El que puede lo más, puede lo menos. Nadie está impedido de hacer lo que la ley manda, ni está impedido de hacer lo que ésta no prohíbe”.  Con estos estas expresiones altisonantes, que en el fondo no son más que un simple juego de palabras, uno de los consorcios que construye  hospitales adjudicados por el PRONIS,  entre ellos El Progreso, pretende justificar la presentación de cartas de líneas de crédito expedidas por una cooperativa de ahorro y crédito que, según la Superintendencia de Banca y Seguros, no tendrían ningún  valor.

Tales afirmaciones han trascendido a la opinión pública luego de conocerse en forma fehaciente la existencia de hechos realmente  intrigantes en torno al reinicio de la construcción del Hospital El Progreso. Conforme lo han dado a conocer los dirigentes vecinales de este pueblo joven,  en el expediente de adjudicación  de esta obra  valorizada ahora, en más de 105 millones de soles, aparece una carta de crédito a favor del contratista, Consorcio Nuevo Progreso, por el importe de 35 millones de soles.

Nada de extraño tendría esta operación financiera si no fuera porque el documento de crédito, según han podido averiguar los dirigentes de El Progreso, ha sido expedida por una de estas cooperativas cuyo capital sería de tan solo 660 mil soles. ¿Nadie está impedido de hacer lo que la ley no prohíbe?.

Tal como lo hemos dado a conocer en nuestra edición de ayer, esta afortunada institución financiera es la Cooperativa de Ahorro y Crédito Cristo Rey, que últimamente ha extendido cartas de líneas  crédito a casi todos los consorcios que vienen construyendo hospitales en diversos lugares del país, los cuales han sido adjudicados por el PRONIS  por cientos de millones de soles.

El juego de palabras al que han acudido los consorcios que trabajan de la mano con PRONIS para tratar de justificar esta controvertida operación financiera, no deja de causar inquietud en estos lares. Durante la época de César Álvarez Aguilar, fueron varias las obras millonarias que se iniciaron gracias al respaldo de cartas fianzas extendidas por cooperativas de ahorro y crédito, obras que finalmente terminaron sobrevaloradas o simplemente abandonadas. Ahí están para demostrarlo los coliseos cerrados de Coishco y Gran Chavín de Chimbote, solo por citar dos ejemplos. Verdaderos monumentos a la corrupción.

Nadie en Chimbote desea que la historia se repita. Menos en el caso del Hospital El Progreso. Una población de más de 80 mil habitantes reclama con insistencia esta obra. Sin embargo, las cartas fianza y las cartas de líneas crédito que son expedidas por cooperativas y que algunos contratistas utilizan solo para ganar una licitación, por lo mismo que son de ingrata recordación no dejan de causar más de un resquemor.

Si, como dice el dicho, nadie está impedido de hacer lo que la ley manda, ni nadie está impedido de hacer lo que ésta no prohíbe, también se podría decir que el que no la debe no la teme. ¿Qué le cuesta entonces a los contratistas del PRONIS presentar una carta de crédito como manda la ley? .  ¿O es que existe una cooperativa favorita?.