Editorial

SUCEDIÓ LO QUE SE TEMÍA

Hospital El Progreso:

Más allá de una escandalosa irregularidad en lo que a gestión pública se refiere, propia de oscuros arreglos reñidos con la normatividad,  lo que viene sucediendo con la construcción del Hospital El Progreso bien podría considerarse asimismo una tentativa de lesa humanidad. Más de 80 mil pobladores que desde hace veinte años esperan la construcción y puesta en servicio de este nosocomio, el mismo que a estas alturas ya debería estar en vísperas de inaugurarse, van a tener que seguir  esperando un plazo que se alarga cada día más.

A pesar del  millonario presupuesto del que dispone  y no obstante haber sido objeto por lo pronto de dos licitaciones, la obra del hospital El Progreso ha vuelto una vez más a fojas cero. Tal como lo hemos informado en nuestra edición del sábado, la nueva empresa ejecutora, Consorcio  Salud Progreso, ha pateado el tablero y en forma unilateral ha resuelto suspender la ejecución de la obra a pesar  de haber recibido por parte de PRONIS un jugoso adelanto de 18 millones de soles.

Como para justificar esta decisión, que ya se veía venir,  Consorcio Salud Progreso aduce haber descubierto fallas en los muros de concreto construidos por el anterior contratista. Es de suponer que estas fallas ya eran de conocimiento, no solamente de PRONIS sino también de Consorcio Salud Progreso, en el momento en que ambas partes firmaron el contrato para la continuidad de la obra en diciembre del año pasado.

Pero las irregularidades que enmarcan la ejecución de esta obra no solo se refieren a la deficiente construcción de  los muros de concreto. También hay otras irregularidades, tanto o más graves que ésta, que el Diario de Chimbote dio a conocer en sus ediciones del 31 de marzo y 1 de Abril.

Éstas irregularidades se refieren a un hecho realmente inconcebible y escandaloso. Para firmar el contrato y recibir el adelanto de 18 millones de soles, la empresa Pérgola, una de las que integran el Consorcio Salud Progreso, presentó como garantía una carta de crédito por la suma de 35 millones de soles, expedida por la cooperativa de ahorro y crédito Cristo Rey de Talara, una institución que no está autorizada por la Superintendencia de Banca y Seguros y cuyo capital accionario es tan solo 680 mil soles. ¿Cómo PRONIS pudo  dar por aceptado un hecho de esta naturaleza?.  Por si fuera poco, se sabe que Pérgola tiene contratos con el Estado por la astronómica suma de 4 mil millones de soles.

Ahora que  por segunda vez se  ha  suspendido la construcción del hospital El Progreso, lo menos que debería hacer PRONIS, por entereza institucional, es brindar las explicaciones del caso a la ciudad de Chimbote. No hacerlo sería una total falta de respeto.  Se sabía de antemano que esto iba a terminar así, que iba a suceder lo que todo el mundo temía. Pero no por eso se puede aceptar que se burlen de Chimbote.