Editorial

CÁNCER HEREDITARIO

Obras mal ejecutadas:

Cada vez que los chimbotanos nos detenemos a  observar minuciosamente lo que sucede con las obras públicas que se vienen ejecutando en esta ciudad, siempre terminamos arribando a ingratas conclusiones. Para comenzar, hace ya buen tiempo que no asistimos a la inauguración de una sola obra que haya sido ejecutada correctamente, en decir en el plazo de ley y en las condiciones establecidas en el contrato. Cuesta creerlo, pero hace tiempo no vemos una sola.

Solo a nivel de las obras que tiene a su cargo la municipalidad provincial del Santa, se sabe que existen alrededor de quince obras en esta lamentable situación. Algunas de ellas solo han quedado en adjudicación y firma de contrato, otras a las justas han llegado a la colocación de la  primera piedra,  en tanto que las  demás se encuentran paralizadas no se sabe hasta cuándo. Son millones de soles  expuestos al abandono  en perjuicio de  una ciudad que reclama a gritos una mejor habilitación urbana y que, por tanto,  no puede darse el lujo de esperar que la solución caiga del cielo.

Una de estas obras es la construcción  del complejo deportivo del pueblo joven San Juan, de la que nos hemos ocupado en nuestra edición de ayer. Esta obra se inició en noviembre del año pasado y, si todo hubiese marcha bien, debió estar concluida a mediados de febrero.  La noticia sin embargo no es que  la obra se esté ejecutando en forma correcta y que además se encuentre próxima a ser inaugurada. No. La noticia es que la Contraloría General de la República ha desentrañado en ella una serie de graves irregularidades que sobrepasan largamente los límites del escándalo.

En una evaluación realizada entre el 3 y 11 de abril, el órgano de control del estado ha confirmado las causas que originaron la caída de la estructura de fierro levantada para sostener el techo de las tribunas, hecho que ocurrió el pasado 22 de marzo y que dejó  como saldo dos obreros heridos. Por increíble que parezca, estas estructuras estaban literalmente pegadas al piso y no ancladas como lo exigen  las normas más elementales de construcción civil. Estamos ante una verdadera y gravísima irresponsabilidad. ¿Qué habría pasado si en el momento de la caída, la tribuna hubiera estado llena de espectadores?.

En el colmo de la negligencia, la Contraloría ha señalado que este requisito técnico  elemental, como es el anclaje de la estructura de fierro, ni siquiera  aparece mencionado en el expediente técnico. ¿Cómo pudieron la municipalidad provincial del Santa y la empresa contratista, pasar por alto esta exigencia técnica y hacerse de la vista gorda a la hora de firmar el contrato?.

Éstas y otras interrogantes tendrán que ser dilucidadas en el plazo de cinco días por la actual gestión municipal. En la gestión pública, los errores de Juan los asume Pedro. La herencia de obras inconclusas y mal ejecutadas es una carga bastante pesada. Para confirmarlo, ahí está lo sucedido con la avenida Costanera, el puente peatonal entre el centro comercial Megaplaza y el mercado La Perla y ahora los complejos deportivos. Obras millonarias que están colapsando en plena ejecución.

Ante semejante afrenta, Chimbote espera no solamente saber la verdad sino también que se sancione a los responsables. Alguien tiene que poner punto final a tantas burlas y tantas mentiras. Muchas autoridades creen que Chimbote es una ciudad fácil de engañar y más fácil aún de aceptar gato por liebre. Si las obras mal ejecutadas son un cáncer terminal, no por eso se van a convertir en un cáncer hereditario. Alguien tiene que poner fin a todo esto y cuanto antes, mejor.