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EL VIRUS CONTINUA

La Organización Mundial de la Salud ha dado a conocer ayer viernes, que después de 1221 días, ha finalizado la emergencia sanitaria internacional, originada por el Covid-19. Recordó que la emergencia empezó el 30 de enero del 2020. Es importante precisar que lo que ha terminado es la emergencia sanitaria, pero, además, agrega que la pandemia continúa porque el virus llegó y se quedó. En otras palabras, el virus va a ser endémico, continúa mutando, es decir, debe haber muchísimas y miles más de variantes que se hacen más fuertes conforme pasan los días y encuentra resistencia en las vacunas. Señala la OMS, que los gobiernos no debe bajar la guardia y que los sistemas establecidos para combatir el virus deben continuar, en otras palabras, toda esa infraestructura que quedó establecida durante la pandemia, se debe mantener, por la sencilla razón que el virus aun lo tenemos entre nosotros, sigue habiendo muertes o contagios y por ello puntualiza que no se debe bajar la guardia. Lo que ha terminado es la emergencia y eso debe quedar entendido en todos los sectores, sobre todo, señalar y puntualizar que el virus estará entre nosotros.

INVASORES

Aquí, nos hemos ocupado, en estas páginas, sobre las denuncias de los pobladores de la urbanización Santa Cristina, Nuevo Chimbote, respecto a la invasión de las áreas públicas y que a estas alturas resulta en extremo llamativo, el hecho de que uno de ellos tenga más de 30 años con su negocio de por medio, y hasta incluso tenga licencia de funcionamiento. En otras palabras, quiere decir que tiene la benevolencia y respaldo de la municipalidad, para que le hayan extendido un certificado de esa naturaleza. En el expediente que manejan los moradores de Santa Cristina, específicamente su presidente, Ronald Rubiños Guanilo, se encuentran todos estos documentos, desde la licencia de funcionamiento hasta los certificados de Defensa Civil otorgados durante la gestión de Valentín Fernández en el año 2010. El contenido de las respuestas del invasor, son risibles, porque argumenta problemas de salud y posesión de más de 30 años. Las normas municipales son claras, y lógicamente hay una protección evidente para que estén en el lugar. Actualmente no es solo un invasor, sino dos. El primero es el restaurante donde venden ceviche, y luego es el vecino, que ocupan aproximadamente casi 300 metros de área pública. En ese otro inmueble, donde han hecho un cerco, existe de por medio un arquitecto, que incluso ha trabajado en la propia Municipalidad de Nuevo Chimbote durante el periodo de Valentín Fernández; es decir, saben perfectamente lo que están ocupando. Por eso llama poderosamente la atención, que, a pesar del tiempo ocurrido, la municipalidad no toma acciones para desalojarlos. ¿Cuándo ocurrirá? No lo sabemos, pero a estas alturas, los hechos resultan escandalosos.

MINSA – PRONIS

Se ha formado una comisión de alta dirección en el Ministerio de Salud para tratar el problema del Hospital El Progreso. Esa comisión se ha creado a raíz de la reunión solicitada a instancias del congresista Elías Varas con la Ministra de Salud y el PRONIS. La comisión la integra una funcionaria del MINSA, dos representantes del PRONIS, el congresista Varas y los representantes de los pobladores de El Progreso y los trabajadores del centro de salud. Realmente no encontramos razones y motivo para la formación de esta comisión de alta dirección. Aquí lo que se tiene que hacer es comprobar si son ciertas las versiones del consorcio contratista, en el sentido que el concreto que han encontrado no tienen ninguna validez. Hasta ahora el PRONIS no actúa, el contratista cobró y están felices de la vida, pero parece que nadie ha leído la Resolución N° 048, el cual, valida el contrato firmado en diciembre, sin tener argumentos legales. La realidad indica que la obra ha sido paralizada, que el contratista argumentó que el concreto que encontró no vale y con seguridad nadie sabe si el proceso de construcción continuará. El estado peruano seguirá perdiendo dinero con este tipo de gestión pública, que es deficiente y favorece a los que cobran dinero como el consorcio contratista.