Editorial

UNA VERGÜENZA PARA CHIMBOTE

Av. Costanera:

Todas las informaciones con relación a malecones  y avenidas Costaneras que existen en diversas ciudades del mundo, coinciden en destacar que la construcción de estas obras requiere, previamente, de algo indispensable y fundamental  como es la colocación de un enrocado, una defensa que actúa como muro de contención ante la acción de las mareas, por muy altas o bajas que éstas pudieran ser. Únicamente este enrocado puede brindar no solo consistencia y estabilidad a la obra sino, sobre todo, seguridad a las personas que acuden a estos lugares.

Con la mayor objetividad, las redes sociales muestran la resistencia que ofrecen malecones y avenidas Costaneras en diversos lugares del planeta.  Podemos ver, incluso, que enormes olas pasan  por encima de estas infraestructuras, pero sin causar el más mínimo deterioro. Solo en América,  se puede admirar este envidiable comportamiento en los puertos de Guayaquil  y La Habana.

No entendemos por eso cómo es que la gestión del ex alcalde Roberto Briceño Franco se haya aventurado a  construir la avenida  Costanera sin haber considerado en la ejecución de la obra esta elemental precaución. Cuando todavía  se encuentra en la condición de inconclusa, esta obra, que debió ser concluida en agosto del año pasado, sigue desmoronándose a pedazos sin que nada ni nadie pueda detenerlo. Con una marea por debajo de lo normal, nada justifica que Chimbote merezca esta  desgracia.

Pero  más que sea una obra mal concebida y peor ejecutada,  lo cierto es que la avenida  Costanera, con una inversión que supera los 20 millones de soles, es una vergüenza para la ciudad de Chimbote. ¿Podemos, acaso, dar por aceptado semejante  estropicio?. ¿De qué desarrollo urbano se pude hablar en estas condiciones? ¿Qué explicación vamos a brindar a nuestros visitantes cuando vean este deprimente espectáculo?

Tal como está la avenida Costanera,  cayéndose a pedazos día tras día, creemos que ningún padre de familia, en su sano juicio,  permitirá que sus menores hijos acudan  a este lugar.  Y eso mismo pensamos de los profesores que ya tenían planeado  llevar de paseo a sus alumnos a la Costanera.

Se sabe que la Contraloría General de la República ha realizado una inspección de los daños que ha sufrido y sigue sufriendo esta obra municipal. Lo que no sabemos es que si los informes de Contraloría han llegado a manos de la Fiscalía de Prevención del Delito y, de ser así, cómo es que hasta hoy nadie se preocupa por la situación de la avenida Costanera.

Si, conforme ya lo hemos comentado, la Fiscalía viene avalando la sanción a propietarios de restaurantes por la mala preparación de un plato de cebiche ¿tan difícil es investigar y sancionar a quienes han malversado 20 millones del Estado?. ¿A nadie le importa que esto sea una vergüenza para Chimbote?.