Editorial

AUSENTISMO POLICIAL E INSEGURIDAD CIUDADANA

Viendo lo que sucede en nuestras calles, a cualquier hora del día o de la noche, solo se puede concluir que la guerra contra la delincuencia, la está ganando la delincuencia. No hay un solo día, ya sea en Chimbote o en Nuevo Chimbote,  en el que no se registre más de un acto delincuencial,  con el saldo lamentable de personas heridas de gravedad y  la dolorosa pérdida de vidas humanas. La madrugada del domingo último, un indefenso adolescente de 17 años de edad, alumno del colegio nacional San Pedro, perdió la vida tras ser salvajemente acuchillado por un grupo de desalmados delincuentes, que lo asaltaron en una de las calles del pueblo joven Dos de Mayo.

Como se recuerda, exactamente lo mismo  sucedió el 3 de octubre del año pasado, cuando una conocida dama de setenta años de edad fue asesinada a balazos por dos delincuentes que la asaltaron a plena luz del día y que se desplazaban a bordo de una motocicleta. Este lamentable hecho se produjo en la céntrica avenida Pacífico de Nuevo Chimbote, a escasos seis metros de una dependencia policía.

La conclusión es muy clara: nadie puede sentirse seguro, ni caminar tranquilamente por las calles. Estamos ante una ola delincuencial que ha demostrado estar dispuesta a todo.  Hablamos de una delincuencia, común en todo el sentido de la palabra,  que no tiene el menor reparo en la vulnerabilidad de sus víctimas.  A estos desalmados malhechores lo mismo le da asaltar y causar la muerte a una persona adulta, que a un joven o un menor de edad. Para esta delincuencia, que parece estar ganando la batalla en Chimbote y Nuevo Chimbote, la integridad y la vida de sus víctimas es lo que menos interesa. Lo único que  importa a estos criminales es  despojar a sus víctimas de todo lo que llevan consigo, así sea un celular.

Todo lo que se pueda decir respecto a esta grave coyuntura, solo podría sintetizarse en  un reclamo que siempre ha sido  unánime, como el pedido de un mayor patrullaje y una mayor presencia policial en las calles. Recordemos que solamente después del asesinato de la septuagenaria, la Policía Nacional salió a patrullar las calles de Nuevo Chimbote, como nunca antes lo había hecho. Pero una semana después, el ya proverbial ausentismo policial volvió a hacerse notorio, como lo es hasta hoy. Los policías brillan por su ausencia. Es posible, por tanto, que tras el asesinato del joven adolescente, la historia de la fugaz  presencia policial en las calles, vuelva a repetirse.

Con la única excepción de lo que se observa en determinadas agencias bancarias, el ausentismo policial ha dejado en total desamparo a la ciudad. Y, cuidado, ante este virtual repliegue, la delincuencia parece haber tomado la ofensiva.

Mientras tanto, y esto tampoco es un secreto, este mismo ausentismo lo protagonizan algunas autoridades locales que no asisten a las reuniones del Comité Provincial de Seguridad Ciudadana, COPROSEC, como es su obligación. La conclusión es muy simple: a  más ausentismo, mayor inseguridad ciudadana.