Opinión

DON WILLY PELÁEZ, EN EL RECUERDO

A 91 años de su nacimiento:

POR: CARLOS CARPIO LA ROSA

Debe haber sido a mediados del año 1962 cuando lo conocí personalmente al periodista Wilfredo Peláez Gularte. Fue en la oficina de la corresponsalía de La Prensa, en ese entonces el diario de mayor circulación nacional. Solo en Chimbote se vendían 5 mil ejemplares al día.

Acudí a la oficina de la quinta cuadra de la avenida Bolognesi, atendiendo la invitación que había hecho el Diario a quienes tuvieran interés en participar  como corresponsales escolares. Ya cursaba el primer año de secundaria en el colegio San Pedro y el currículum que puse en manos de don Willy fue algunos artículos míos, publicados en el diario El Faro, el periódico donde él también había trabajado años antes.

-¿Sabes escribir a máquina? , me preguntó.

-Sí, le respondí-

– A ver escríbete dos párrafos, sobre tu colegio, me indicó señalándome una deslumbrante  máquina Remington

Después de leer detenidamente lo que había escrito, movió la cabeza en forma afirmativa y me dijo lacónicamente “mañana mismo empiezas”.

Ese fue el comienzo de una gran amistad que se prolongaría por más de cuarenta años y que se mantiene inalterable aún después de su fallecimiento.

Ya convertido en ayudante de corresponsalía, acompañé a don Willy hasta marzo de 1966, cuando me fui a estudiar al colegio militar Ramón Castilla de Trujillo.

Recuerdo que en septiembre de 1970,  fue él quien me recomendó para  hacerme cargo de la recién creada oficina de prensa y relaciones públicas de la Comisión de Reconstrucción y Rehabilitación  de la Zona Afectada por el Sismo, CRYRZA. Espero no haberlo defraudado.

Cierto sábado de mayo de 1986, como solían suceder en más de una oportunidad, don Willy me invitó a almorzar en su casa. “Tengo una primicia y tú vas a ser el primero en saberlo” me dijo. Después de secarnos el primer vaso de chilcano, preparado con pisco de Motocachy, me soltó la primicia.

– Este año saco a circulación el Diario de Chimbote y quiero que tú me acompañes.

Lo que siguió a continuación ya es historia conocida. Particularmente para mí, es motivo de orgullo haber sido testigo de excepción de todas las vicisitudes que don Willy tuvo que enfrentar antes y también después de aquel 6 de octubre de 1986, cuando el Diario de Chimbote salió a la circulación.

Lo que fue un sueño de sus años juveniles, es ahora una realidad. El Diario de Chimbote está en vísperas de cumplir 37 años, esta vez convertido en el Diario Decano de la Prensa Regional. Para mí, esta es una lección que creo haber aprendido al pie de la letra.

Al conmemorarse hoy el 91 aniversario de su nacimiento, la figura de Wilfredo Peláez Gularte ocupa un lugar especial en el recuerdo de quienes compartimos con él una amistad para toda la vida. Un abrazo hasta el cielo, don Willy.