Editorial

CAMBIO DE CAPITÁN, MÁS NO DE RUMBO

Gerencia de Chinecas:

Como jamás ha sucedido en anteriores ocasiones, por primera vez  el cambio del gerente general del Proyecto Especial Chinecas se ha llevado a cabo en el marco de un inesperado nerviosismo y de una tensa  ansiedad, como ha trascendido claramente en la reunión de directorio del lunes 24.

En el transcurso de la reunión, no solamente se notó de por medio el inocultable afán por parte del gobernador regional, Fabián Koki Noriega,  de precipitar este cambio única y exclusivamente para complacer a todas luces el pedido de los invasores del proyecto, ahora convertidos en sus incondicionales aliados.

Tan pronto como hace unos meses el gerente saliente aceleró el proceso de desalojo de las tierras invadidas, los invasores se valieron de personajes enquistados en el aparato regional para llegar hasta el gobernador y exigir la inmediata salida del gerente. A cambio de ello, estaban dispuestos a brindar al gobernador todo el apoyo político y popular, tal y conforme lo han venido haciendo con todos los gobernadores de turno. Favor, con favor se paga.

Otro de los hechos  que pusieron de manifiesto la tensión y  el nerviosismo  en la elección del nuevo gerente, fue a  no dudarlo el áspero intercambio de palabras que se produjo entre el titular regional y el representante de la Superintendencia de Bienes Nacionales. Nos atrevemos a pensar que este cruce de palabras sea la repercusión de conocidos antecedentes.  Pues luego de las grandes invasiones que ha sufrido Chinecas, todas ellas promovidas con fines políticos por el propio gobierno regional, ha sido la SBN el organismo que ha tenido que cargar con todo el peso del proceso de cambio de uso de las tierras invadidas. Razones hay para temer que la historia vuelva a repetirse.

Asimismo, no ha pasado por desapercibido el hecho que, luego de frotarse las manos por la elección ajustada del nuevo titular del proyecto, ni el gobernador regional, ni el nuevo gerente, se han referido ni siquiera por cortesía con relación al futuro que, se supone, les espera  a los invasores. Lo único que ambos personajes han coincido en expresar es el aplicativo “vamos a realizar un buen trabajo”. Con relación a esta frase solo se puede colegir que las cosas van a seguir desarrollándose como hasta el día de hoy. Siendo así, tenemos continuismo para rato. Punto para los invasores.

Después de todo, este desenlace no tendría por qué llamar la atención. El gobernador Koki Noriega ha llegado al poder sin tener en mano ni siquiera el borrador de un plan de trabajo, creíble y coherente,  que apunte al desarrollo del Proyecto Chinecas. Tampoco es cierto, como dijo en su oferta electoral, que tiene a su alrededor un equipo de técnicos y profesionales de primer nivel. El nombramiento del nuevo gerente de Chinecas, es prueba de ello. Nada está programado, todo es  improvisado.

En la medida que Chinecas no cuente con un plan de trabajo bien concebido y elaborado   y una bien trazada hoja de ruta, todo cambio de gerente solo será un simple cambio de capitán, más no un cambio de rumbo. Esa es la mejor manera de engañarse a sí mismo y huir de la realidad.  Por ahora, Chinecas tendrá que seguir  navegando a la deriva.