Editorial

IRRIGACIÓN AL SERVICIO DE INVASORES

Chinecas:

Poniendo en el tapete las estimaciones que a mediados de agosto dieron a conocer algunos medios de comunicación nacional, entre ellos el diario Gestión,  todo indica que son alrededor de 15 mil el número de hectáreas del proyecto especial Chinecas que se en encuentran en poder de invasores.  Estamos hablando de casi el 50 por ciento de las tierras que el estado ha destinado para la ejecución de este proyecto de irrigación, que ya lleva 37 años en la congeladora.

Frente a esta realidad, que no ha sido desmentida en ningún momento, todo nos conduce a conjeturar que, por  consiguiente, el 50 por ciento de las aguas del río Santa que capta la bocatoma La Huaca, va a parar a manos de los invasores. Encima de no pagar un solo sol por la tierra que vienen usufructuando, éstos tampoco pagan un solo céntimo por el agua que sustraen diariamente  para irrigar sus cultivos.

Para ellos es un negocio redondo ya  que, amparados por la situación de informalidad en la que se encuentran, tampoco pagan impuestos. Se la llevan toda. Esa es la razón por la que, en el fondo, estas personas desean que Chinecas no se ejecute jamás. Como se ha podido ver a lo largo de los últimos treinta años,  ellos desean que esta situación  más bien se mantenga, ya que solamente así,  valiéndose de la ilegalidad, evitan, como hasta hoy,  pagar la tierra que ocupan y el agua que consumen.

Sinceramente, no sabemos si esta realidad está en la mente de los actuales funcionarios de Chinecas y del gobierno regional de Ancash. Pues a esta duda  nos han llevado los acuerdos adoptados en una reciente reunión  que han sostenido funcionarios del proyecto de irrigación con dirigentes de IRCHIM y de las juntas de regantes del valle de Nepeña.

A través de una nota de prensa, el  Ing. Juan Bustamante Encinas,  gerente del proyecto especial Chinecas, ha dicho textualmente que uno de los acuerdos es  “vamos a conformar un equipo para realizar las visitas de campo que permitan brindarnos la data actualizada y real”. Claramente se refiere a la decisión de identificar  (recién)  quiénes los que sustraen el agua de los canales de Chinecas y en  qué cantidad lo hacen.

Sinceramente, creíamos que esa información ya estaba en los sistemas de control que maneja el proyecto Chinecas. ¿Acaso no saben cuántos metros cúbicos de agua se captan del río Santa? ¿Tampoco saben qué cantidad de agua consumen los agricultores formales, es decir que tienen título de propiedad?. ¿No tienen padrones y registros actualizados?.  Pensamos que una confrontación de suma y resta entre ambos volúmenes, bastaría para tener una idea, sino exacta por lo menos aproximada,  de la  cantidad de agua que se llevan los señores invasores.

Otro de los acuerdos adoptados y que no deja de causar desconcierto, se refiere a la consulta que se piensa  plantear ante la Autoridad Nacional del Agua, al parecer en procura de hallar una fórmula que permita “autorizar” el consumo de agua a los “posesionarios”, a quienes, dicho sea de paso, no se atreven a llamarlos por su nombre: invasores. Eso es pretender legalizar lo ilegal.

Si este va a ser el escenario  del Chinecas que va empezar desde cero, de la mano de Pro Inversión, sinceramente pensamos que estaríamos pintando pajaritos en el aire. Ningún proyecto de irrigación podría ser declarado viable, y menos ejecutable, mientras tenga que cargar con invasores.

Por algo, la primera exigencia que ha planteado Pro Inversión para proceder a convocar el estudio de pre inversión de Chinecas, es que el gobierno regional realice el saneamiento físico y legal de las tierras del proyecto. De lo contrario, vamos a seguir perdiendo el tiempo. Ningún proyecto de irrigación puede mantenerse al servicio de invasores.