Editorial

OBRA SE EJECUTARÁ TRAS 10 AÑOS DE ESPERA

Final de un calvario:

Si todo resulta ser como lo acaba de anunciar el titular de Sub Región Pacífico, Ing. Juan Bustamante Encinas, por fin en los próximos días se debe estar convocando a licitación la ejecución de ocho obras que durante largos años se han mantenido en medio de  un angustioso  y desesperante compás de espera.  Estas obras se encuentran localizadas en Chimbote, Nuevo Chimbote, Nepeña y Casma, y se ejecutarán con un presupuesto de 34 millones de soles.

Entre estas obras destaca el proyecto de electrificación domiciliaria de los pueblos  localizados en la zona rural de Lacramarca Baja, un proyecto que desde el año 2013 ha permanecido empantanado en las oficinas del gobierno regional. En todo este tiempo, se han sucedido cuatro administraciones regionales, sin que ninguna de ellas haya acertado en viabilizar la ejecución de esta obra.

Como ya es habitual en la órbita del gobierno regional de Ancash, esta obra se ha mantenido congelada como resultado no solo de marchas y contramarchas de carácter burocrático. La causa principal por la que no se ha ejecutado a lo largo de diez años, es la existencia de incontables observaciones,  tanto  técnicas  como administrativas,  que se han detectado en el expediente técnico. Éste es el ya conocido Talón de Aquiles del gobierno regional.

A lo largo de toda una década, los moradores de estos centros poblados  se han visto obligados a soportar un verdadero calvario.  En más de una oportunidad han hecho vigilia en la puerta de la Sub Región Pacífico en Nuevo Chimbote e inclusive en la misma sede del gobierno regional, en Vichay. Lamentablemente, ni aquí ni allá, sus reclamos han sido atendidos por los directivos y funcionarios de este organismo.

Si, después de diez años de espera, el proyecto de electrificación se encuentra ahora  en el paquete de obras  anunciado por el titular de la Sub Región Pacífico, significa que por fin el gobierno regional ha escuchado el reclamo de la población rural. Ese es un buen síntoma de permeabilidad, algo que deberían optar y mantener  el gobernador regional y los funcionarios de su entorno. No les cuesta nada escuchar a la gente y solucionar los problemas de la población.

Es de suponer asimismo, que las incontables observaciones de las que adolecía el expediente técnico del proyecto, ahora son cosas del pasado y que ha llegado la hora de poner manos a la obra, sin más plazos ni contratiempos que los que figuran en el cronograma. Son más de un millar de familias que se van a beneficiar con la ejecución de este proyecto.

Si  el gobierno regional se lo propone, este podría ser el comienzo del cambio de actitud que todos esperamos. Recientes indicadores acaban de ubicar a la región Ancash como la última a nivel nacional en cuanto a ejecución presupuestal.  Pero eso no es todo. Los mismos indicadores dan cuenta que, de los 13 millones de soles que ha enviado el gobierno central para los trabajos preliminares de prevención ante la llegada del fenómeno El Niño, la gestión del gobernador Noriega solo ha ejecutado algo de 400 mil soles, ni siquiera el 4 por ciento.

Definitivamente, esto tiene que cambiar. Ancash no puede mantener ante el país la imagen de ser la última región en ejecución presupuestal. Pero, ojo, el mejoramiento de esta imagen solo se logra con un 90 por ciento de buena gestión y 10 por ciento de publicidad responsable. Por tanto no es cierto, como pretenden hacer creer los asesores del gobernador, que la buena imagen  es 100 por ciento producto de las portátiles y del espejismo de la publicidad engañosa. Ejecutar una obra después de diez años de espera,  bien podría ser el comienzo de una nueva imagen.