Opinión

LA PRODUCCIÓN DE LOS DEPARTAMENTOS COSTEROS FUE LA MÁS AFECTADA EN EL SEGUNDO TRIMSTRE DEL AÑO (*)

Durante los primeros meses del año, fenómenos climáticos como el ciclón Yaku y El Niño Costero tuvieron un impacto negativo en diversas regiones de nuestro país. En el norte, se registraron fuertes lluvias que generaron inundaciones y deslizamientos de tierra, mientras que en el sur prevalecieron condiciones de sequía prolongada. Esto, sumado a otros factores, generó graves consecuencias para la actividad productiva que afectaron un buen número de departamentos ubicados en el litoral peruano y a diversos sectores productivos.

Al respecto, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha publicado los resultados de la producción del segundo trimestre de 2023 a nivel departamental. Como era de esperar, los departamentos costeros obtuvieron los resultados menos favorables. Tumbes encabezó la lista, con un desempeño económico negativo del -9.2% con respecto al mismo trimestre del año anterior. La lista es seguida por Lambayeque (-5.3%), Áncash (-4%), La Libertad (-3.2%), Tacna (-2.7%) y Lima (-2%).

En detalle, el bajo desempeño de Tumbes se debió en gran parte a las intensas lluvias en el norte del país, que afectaron sobre todo el sector construcción, un -15.8%, con respecto al mismo trimestre de 2022, debido a la baja inversión del Gobierno nacional y los Gobiernos locales en infraestructura educativa y vial. Además, el sector agropecuario (-9.4%) se vio afectado con reducciones en la producción de cultivos como plátano, cacao y arroz.

En cuanto a Lambayeque, el sector construcción (-31.7%) se contrajo debido a la falta de avance en proyectos gubernamentales de rehabilitación y educativos. Por otro lado, el sector agropecuario (-2.2%) registró una disminución en la producción de aves, leche fresca, ganado vacuno, huevos, ovejas y cabras.

Por el lado de Áncash, el bajo desempeño se debió principalmente a la escasa captura de anchoveta en los puertos de Chimbote y Coishco, así como a la cancelación de la temporada de pesca en la zona norte-centro de la costa peruana. Además, fue el departamento con peor desempeño en el sector de electricidad, gas y agua (-18.2%), debido a una menor producción de energía en centrales hidroeléctricas.

En el caso de La Libertad, los sectores que explicaron su mal desempeño fueron manufactura (-18%), a causa de la poca elaboración de harina y aceite de pescado en el puerto de Chicama, y el sector agropecuario (-2.3%), específicamente el subsector agrícola, por la baja producción de arroz, papa y maíz. Del mismo modo, en Tacna, el sector agropecuario (-14.5%) fue golpeado por el menor cultivo de aceituna, naranja, orégano y maíz, como producto de las lluvias.

Por último, el desempeño de Lima se explicó por la contracción en la actividad manufacturera y la disminución de la inversión privada en construcción (-9.1%), especialmente en viviendas y oficinas. De igual manera, el sector manufactura (-12.6%) se vio afectado por la poca elaboración de harina de pescado, cemento y prendas de vestir.

Ahora bien, es importante analizar el sector agrícola, puesto que ha sido uno de los más golpeados durante el segundo trimestre del año, al registrar una caída en su producción en hasta 17 departamentos. Entre los productos con menor desempeño a nivel nacional se encuentran la papa, el arroz, la aceituna, el maíz y el cacao.

Por su parte, la baja producción trajo consigo también una caída en el empleo privado formal. Según el Ministerio de Trabajo y Promoción de Empleo, durante mayo de 2023, cuando los fenómenos climáticos fueron más intensos, el número de trabajadores a nivel nacional ascendió a 271,547, lo que implica una disminución del 2.7% con respecto al mismo mes de 2022. Al considerar algunos de los departamentos antes mencionados, tenemos a Tumbes, que presentó una caída del 14.1%; Áncash, del 16%; y Lima Metropolitana, del 10.4%, como los casos más resaltantes.

De esta manera, se evidencia que los departamentos costeros han sido duramente golpeados por causa de los fenómenos climáticos. Esto hace necesario que aprendamos de las experiencias pasadas y que las políticas públicas estén dirigidas a la prevención de desastres, aún más teniendo en cuenta que la comisión encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño sigue en estado de alerta por las altas temperaturas en la superficie del mar, las cuales se mantendrían hasta el verano de 2024.

En ese sentido, si lo que viene es aún más desafiante de lo que hemos experimentado, resulta de suma importancia que las instituciones competentes ejecuten obras y acciones ya. De lo contrario, los resultados podrían repetirse, o incluso, ser peores.

(*) ComexPerú / Publicado en Septiembre 15, 2023 /

Semanario 1179 – Actualidad