Editorial

EN MANOS DEL GORE CHINECAS ES IMPOSIBLE

Hora de pensar en una Autoridad Autónoma:

Nueve empresas internacionales, que se supone acreditan amplia y reconocida trayectoria en el ramo,  se han presentado para participar en el proceso de licitación pública convocado por Pro Inversión a objeto de adjudicar  la elaboración del estudio de pre inversión de lo que promete ser  el  nuevo proyecto de irrigación Chinecas.

El interés de estas empresas internacionales,  ha puesto de manifiesto que, a pesar de la parálisis en que se encuentra postrado,  Chinecas es un proyecto que despierta fundado interés. Como sucede en cualquier otro lugar del mundo,  Chinecas  no deja de ser un imán para la inversión nacional e internacional. Todo proyecto de irrigación, como el nuestro, es garantía de una  rentabilidad sostenida a corto, mediano y largo plazo.

Pero el hecho que por más de treinta años Chinecas se mantiene en una situación deplorable, por decir lo menos, no es porque carezca de las condiciones naturales que garanticen dicha rentabilidad. Si durante todo este tiempo Chinecas está  como está, se debe única y exclusivamente  a la falta de una buena gestión. Lamentablemente, en manos del gobierno regional  de Ancash, el proyecto ha sido objeto de la más  desastrosa gestión.

Obsesionado como siempre estuvo en  priorizar  Chavimochic por encima de todo, en su segundo gobierno Alan García no dudó un instante en  aplicarle a Chinecas el tiro de gracia. El 19 de junio del 2007, sin el menor sustento técnico, puso el proyecto de irrigación en manos de otro de los grandes enemigos y destructores de Ancash, el ex presidente regional César Álvarez Aguilar.

A quince años de aquella malhadada decisión, Chinecas no solo se mantiene paralizado en el tiempo y el espacio. Ha terminado convertido en el paraíso de las invasiones y uno de los antros de la corrupción regional. Se calcula en alrededor de 15 mil la cantidad de hectáreas invadidas por iniciativa y complacencia del propio gobierno regional. Para no creerlo. Lo que debió ser un emporio de agroindustria y agroexportación, hoy en día no es más que un organismo  burocrático e improductivo y una carga muy pesada para el presupuesto nacional.

Dejar atrás esta desastrosa situación dependerá no solamente de la gestión que viene realizando Pro Inversión. Básicamente, va a depender de la solución del problema de los invasores,  que está en manos del gobierno regional de Ancash. Pues por muy convincente  que sea el estudio de pre inversión, mientras exista un solo invasor Chinecas no  podrá ser declarado viable. O se formalizan o se van, parece ser la única alternativa.

En el marco de este escenario,  no estaría demás que se piense en la creación de una autoridad autónoma,  que en adelante  se encargue de la gestión de Chinecas, dejando de lado afanes y protagonismos políticos que tanto daño  le han hecho al proyecto.  El reciente nombramiento de una chimbotana como ministra de Agricultura y Riego, podría ser propicia para considerar esta posibilidad. En manos del gobierno regional de Ancash, Chinecas es imposible.