Editorial

Uno para todos y todos para uno

Mafia de brevetes:

Tan antigua como la invención misma del automóvil, la mafia dedicada al otorgamiento de brevetes a cambio de fuertes sumas de dinero, es un jugoso negocio  que ha echado raíces profundas  en varias dependencias del estado, lo que no es un secreto para nadie. Eso lo sabe hasta el más modesto mototaxista.

Como en más de una oportunidad lo hemos dado a conocer en este medio de comunicación, una de esas dependencias del estado es la Dirección de Transportes del gobierno regional de Ancash, que tiene su sede en  la ciudad de Huaraz y una subsede en la ciudad de Chimbote; las dos ciudades ancashinas con el mayor parque automotor de la región.

En más de una ocasión, ambas dependencias han sido escenario de sonados escándalos relacionados con el accionar de esta mafia y que han sido objeto de grandes titulares en los medios de prensa. Pero en todas estas ocasiones, y a los pocos días del escándalo, alguien se encarga de calmar la tempestad y, apelando al olvido de la gente,  la mafia se reacomoda y continúa realizando su trabajo como si nada hubiera pasado.   

Hace dos días, la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad, DIVIAC, ha llevado a cabo un mega operativo dirigido contra la mafia de brevetes que ha estado operando al amparo de la Dirección de Transportes del gobierno regional de Ancash, el mismo que se ha realizado en las ciudades de Huaraz, Chimbote y Lima.

Un total de veintiséis  funcionarios y ex funcionarios de esta dependencia ancashina,  han sido capturados y  serán investigados para determinar su grado de responsabilidad en esta organización delictiva. Por lo pronto también han sido intervenidos un total de  sesentaitrés  locales que operaban como escuelas de manejo y centros  dedicados al otorgamiento de certificados de salud. En este carrusel no podían faltar los tramitadores y los llamadores. Toda una red, bien organizada.

Entre los implicados figura el contador Francisco Walter Vásquez Muñoz, quien fue director regional de Transportes en una gestión anterior y candidato nada menos que a la gobernación regional  de Ancash así como a la alcaldía de la municipalidad provincial del Santa. En el momento de su captura se hallaba desempeñando un alto cargo en el gobierno regional de El Callao, que dirige Ciro Castillo.

Finalmente, lo que tampoco es un secreto es que, independientemente de la gente que opera desde afuera, los hilos de la mafia se mueven desde el interior de la Dirección Regional de Transportes. Y eso es imposible que escape al conocimiento de los gobernadores regionales de turno. Solo una persona de mucha confianza, puede ser nombrado en dicho cargo.

Si la mafia de los brevetes ha logrado mantenerse inalterable hasta el día de hoy, es porque ha gozado de esa confianza y porque además sabe conjugar  los verbos ganar y repartir. Uno para todos y todos para uno.