Encrucijada de una institución educativa:
Por muy injusto que pudiera parecer el punto de comparación, lo que viene sucediendo con la institución educativa El Paraíso de los Niños de la Urbanización 21 de Abril, es uno de esos infiernos que surgen como resultado de la deficiente gestión y mala ejecución de una obra pública. Una lacra a la que ya nos tienen acostumbrados algunas autoridades y muchas instituciones encargadas de ejecutar obras con dinero del estado.
En julio del 2022, durante la gestión del ex alcalde Roberto Briceño Franco, la municipalidad provincial del Santa, con el financiamiento de la Autoridad de Reconstrucción Con Cambios, dio inicio a la obra de reconstrucción de este plantel escolar en el que estudian niños de 4 y 5 años de edad. De acuerdo con el contrato de obra y según el cronograma establecido, la reconstrucción del local, incluyendo la dotación de mobiliario y equipamiento, debió concluir el pasado 14 de enero, antes del inicio del año escolar 2023.
Sin embargo, en noviembre del año pasado, a cuatro meses de su inicio y con tan solo el 9.8% de avance, la empresa contratista decidió rescindir el contrato por una razón simplemente incuestionable. Los encargados de elaborar el expediente técnico y los funcionarios municipales que lo aprobaron, no advirtieron que el terreno del plantel es una laguna subterránea, como lo demuestra la presencia de abundantes totorales. Eso significa que, para la ejecución de esta obra del estado, no se hizo algo tan elemental como es el estudio de suelos. Un pecado mortal, en materia de edificaciones.
Por razones análogas, como bien sabemos, hasta hoy también permanece paralizada la construcción del puente peatonal que iba a unir el mercado La Perla y el centro comercial Mega Plaza, donde la presencia de agua subterránea es hartamente conocida.
Lo cierto es que hasta el más modesto ayudante de albañil, sabe perfectamente que Chimbote está asentado encima de una inmensa napa freática. Eso obliga a quienes proyectan la construcción de edificaciones, primero, a contar con un estudio de suelos y, segundo, a disponer de una cimentación especial.
Nadie entiende, por eso, cómo es posible que el expediente técnico y el contrato de obra del colegio Paraíso de los Niños hayan pasado por el filtro del SEACE, OSCE y otros organismos de control, sin que nadie advierta tan grosera deficiencia. Debe ser esa la razón por la que en esta parte del Perú existen tantas obras paralizadas y mal ejecutadas.
Como hemos informado en nuestra edición del sábado, en marzo del presente año la nueva gestión municipal aprobó el expediente técnico para la ejecución del saldo de obra, con un presupuesto de S/4´276,307.00 y un plazo de ejecución de 180 días. Aún así, en un reciente informe que hemos dado a conocer la Contraloría General de la República ha observado que el estudio de suelos “es insuficiente”.
Mientras tanto, los pequeños alumnos del Paraíso de los Niños, están viviendo a su temprana edad la misma vía crucis que viven otros alumnos de Chimbote y Nuevo Chimbote, vale decir están recibiendo clases en medio de la incomodidad que significa hacerlo como encargados en otros locales escolares. ¿Paraíso o infierno?