Editorial

Un club que juega al tres en uno

José Gálvez:

El problema por el que atraviesa el club José Gálvez, el  llamado Club del Pueblo,  ha trascendido a tal punto que ya es imposible que pase por desapercibido. Es un tema controversial nunca antes visto en Chimbote,  que ya lleva buen tiempo en la mesa de debates y que a estas alturas exige a gritos la más inmediata solución. Pero esta solución debe darse  no solo por razones de condescendencia con el slogan Gálvez es Chimbote, sino también para poner fin al daño que esta controversia viene ocasionando de manera visceral  a la institucionalidad y a la imagen del fútbol chimbotano.

El reglamento de la Federación  Peruana  de Fútbol y otras disposiciones que norman a nivel nacional el desarrollo de esta actividad deportiva, son desde hace ya buen tiempo bastante precisas e inobjetables.  No está permitido, por ejemplo,  que dos o más clubes de fútbol  utilicen la misma denominación. Tampoco se acepta que estas instituciones utilicen la misma camiseta y menos que participen en una misma jurisdicción deportiva, en este caso la Liga Provincial del Santa y la Liga Departamental  de Fútbol de Ancash.

Sin embargo, lo que sucede con el Gálvez nos dice claramente que todas estas disposiciones son letra muerta. Existe el José Gálvez FBC, la institución histórica fundada en 1951 inicialmente con el nombre de en  con el nombre de Manuel Rivera Sánchez. Aquel glorioso Club del Pueblo que en 1971 logró la hazaña de ascender  a la primera división del fútbol profesional y que tantas alegrías le ha proporcionado a Chimbote. Por muchas de esas malaventuras que suceden en el fútbol, este José Gálvez FBC  actualmente se mantiene impedido de participar en competencias oficiales, entre otras razones, por una deuda con la Federación y ex futbolistas que supera la suma de los 400 mil dólares.

Pero, paralelamente, la Superintendencia de Registros Públicos y las autoridades deportivas, provinciales y departamentales, han aceptado, respectivamente, la inscripción y la participación en competencias oficiales, de la institución autodenominada  José Gálvez Chimbote FC, un club creado entre gallos y medianoche que acaba de lograr su ascenso a la primera división del fútbol provincial.

Como si esto fuera poco, también se ha autorizado la inscripción y participación de una tercera institución, con similar denominación, llamada José Gálvez FC Chimbote, que también jugara en primera división en el 2024.

Remitiéndonos a lo dispuesto en el reglamento de la Federación Peruana de Fútbol, esta clonación es ilegal y jamás ha debido permitirse. La existencia de tres clubes con el mismo nombre, que utilizan la misma camiseta y que además participan en la misma jurisdicción, es un exabrupto por donde quiera que se le mire.

De acuerdo con las consultas que hemos hecho con relación a este desaguisado, la única forma de poner las cosas en claro, en nombre de la salud del fútbol chimbotano, es la presentación de un recurso de impugnación contra los clubes que llevan su misma denominación, para que abstengan de seguir utilizando una denominación tendenciosa, que no les corresponde.

Y la única institución que puede presentar esta impugnación es el histórico José Gálvez FBC, único titular de esta denominación, así reconocido por el INDECOPI y otros organismos e instituciones oficiales. Pero resulta que, por ahora, esta posibilidad  es muy lejos de alcanzarse. Pues el José Gálvez FBC está inactivo, en el terreno institucional, justamente por el problema que mantiene ante la Federación Peruana de Fútbol. Y, como bien dice el dicho, a río revuelto ganancia de pescadores.

Algo hay que hacer entonces, y pronto, para que el club José Gálvez FBC  salga de este mar de aguas agitadas y deje de ser la institución donde se juega al tres en uno.