Editorial

La culpa de Pedro debe pagarla Juan

En Nuevo Chimbote:

Las metidas de pata en las que frecuentemente incurren  funcionarios de nuestra impredecible administración pública, no siempre son asumidas ni enmendadas por sus propios autores. Cada vez que se presentan estos errores garrafales, ya sean involuntarios o deliberados, son otras las personas que deben intervenir para  salvar la situación. Como está escrito en la Biblia, los errores de Pedro los debe  pagar Juan.

En la  sesión de consejo realizada el jueves de la semana pasada, el pleno de regidores de la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote  se ha visto en la obligación de hacer las veces de buen samaritano.  Sin tener la culpa pero tampoco ninguna otra escapatoria, los regidores han aprobado la  formación de un equipo de abogados, para que busquen la manera de subsanar un grave problema que la procuradora de la referida comuna  no ha sabido o simplemente no ha querido solucionar.

Pese a tener en sus manos la orden extrajudicial correspondiente, que incluye el apoyo del Ministerio Público y de la Policía Nacional, la funcionaria municipal no hizo cumplir en su oportunidad la orden de desalojo del restaurant Rico Chimbote, que desde hace treinta años viene funcionando en un espacio de uso público destinado a área verde.

Y no solo eso. En una “consulta” sobre el particular planteada ante la Superintendencia de Bienes Nacionales, consulta que a esas alturas  ya era innecesaria, la procuradora  municipal se cuidó de no mencionar que, antes de dirigirse a la SBN, ya ella había judicializado el caso ante el segundo juzgado civil de la Corte  Superior de Justicia del Santa; un recurso fuera de todo contexto, y mismo manotazo de ahogado, que  equivale a cuestionar y poner en duda la validez del mandato extrajudicial de desalojo; hecho que por principio jurídico favorece al infractor.

Como era de esperar, Bienes Nacionales ha dejado en claro que esa papa caliente está en manos de la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote, siendo esta institución, y nadie más que ella, la que está en la obligación de dar por solucionado el problema.

Todo esto se da en momentos en que los vecinos de Nuevo Chimbote vienen  enfrentando la invasión indiscriminada de áreas verdes y otros espacios de uso público por parte de malos comerciantes y empresarios,  quienes han llegado al extremo de lotizar y subarrendar estos espacios como si fuesen terrenos de su propiedad.

Precisamente la falta de una mayor energía proveniente de las autoridades, permite que estas personas desafíen abiertamente toda disposición municipal o judicial y que asimismo se consideren intocables, pasando por encima de la tranquilidad del vecindario y haciendo lo que les da su regalada gana.

Un problema que la procuradora municipal de Nuevo Chimbote pudo haber solucionado sin dar tantas vueltas al asunto, ahora amenaza con convertirse en una lacra. Si el grupo de abogados que han formado los regidores de Nuevo Chimbote no actúan como debe ser, quiere decir entonces que nada ni nadie podrá detener la invasión de espacios públicos en este distrito, así la culpa de Pedro la tenga que pagar Juan.