Editorial

Reconstrucción exige un cambio de actitud

No solo de nombre:

El trasfondo de la información que publicamos en nuestra edición del pasado sábado, nos ha mostrado  la verdadera  forma con la que actúan algunos organismos del gobierno. La reconstrucción de locales escolares  que la Autoridad Nacional para la Reconstrucción Con Cambio  ha realizado en Chimbote y Nuevo Chimbote,  ha causado tanta o mayor frustración que el mismo el fenómeno climático  ocurrido el año 2017.

Como se recuerda, a los pocos días de sucedido el fenómeno,  la gestión del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski creó un nuevo organismo, con rango de autoridad autónoma, para que se encargue de las acciones de reconstrucción  en todas las regiones y provincias que fueron afectadas.

Para  bautizar al organismo público recién nacido, el ex mandatario y sus asesores políticos no tuvieron mejor idea que utilizar el nombre  de Autoridad para la  Reconstrucción  Con Cambios, esto es  en clara alusión al partido  Peruanos Por el Cambio liderado por Kuzcynski.  Sin ningún rubor ni remordimiento,   no dudaron un solo instante en elegir dicho nombre a pesar de que, quiérase o no, responde al deseo de obtener provecho político a costa de la desgracia que sufrieron miles de peruanos.

Han pasado siete años desde entonces y, desde que fue vacado por incapacidad moral permanente, el ex mandatario se mantiene con arresto domiciliario. Mientras tanto, el organismo que creó  ha seguido manejando presupuestos  multimillonarios, incluso con financiamiento internacional. Pero la inversión  realizada por este organismo no se condice con los resultados obtenidos. Existen hospitales, colegios, carreteras y puentes (como El Shisho)  cuya reconstrucción todavía permanece en la  lista de espera.

En el marco de este  desconcertante panorama,  el incremento  del presupuesto utilizado en la reconstrucción de  varios planteles de Chimbote y Nuevo Chimbote, no deja de causar extrañeza. Y así lo acaba de advertir la Contraloría General de la República. Aquí, algunos ejemplos.  La reconstrucción del  colegio Pedro Pablo Atusparia se inició con un presupuesto de S/7´600,564.00, pero al final fue concluido con la suma de S/41´345,574 ¡más del  550 por ciento!.

En el caso de la I.E. Pedro Ruiz Gallo, el presupuesto inicial fue de S/ 5´135,048.00, el cual se elevó a S/33´,608,702, algo más del 600 por ciento.  Asimismo, el presupuesto inicial para la reconstrucción del colegio José Olaya fue de S/11´178,735.00 el mismo que se elevó a S/75´379,695.00 ¡700 por ciento!. La reconstrucción del colegio Antenor Sánchez comenzó con un presupuesto de S/12´078,430.00 pero finalmente la cifra subió a S/ 55´209,829.00, es decir 400 por ciento.  Y para no seguir con la lista, la reconstrucción de la I.E. del centro poblado Rinconada comenzó con  una inversión de S/6´262,299.00 elevándose al final a la cifra de  S/24´403,100.00, casi 400 por ciento más-

Según el informe de Contraloría, la extrañeza no solo se debe  al notable incremento presupuestal. En la reconstrucción de todos estos planteles  las observaciones apuntan una serie de deficiencias técnicas, como fisuras en los techos, pisos y paredes;  fallas en el sistema de drenaje y electrificación, cercos perimétricos defectuosos y otros.

A pesar que estas observaciones fueron hechas en febrero del 2022 sin que hasta la fecha hayan sido levantadas, la UGEL Santa no tuvo inconvenientes en dar por recepcionadas las obras de reconstrucción. Pese a las deficiencias observadas, se permite que los alumnos asistan a estos planteles como si las obras de reconstrucción hubieran sido ejecutadas a la perfección.

Por otra parte, sin brindar mayores explicaciones al país, hace unas semanas el gobierno ha tomado la decisión de desactivar  la Autoridad para la Reconstrucción con Cambio y en su reemplazo ha creado la Autoridad Nacional de Infraestructura, ANIN. Más allá de un cambio de nombre, lo que el país espera es un cambio de actitud.