Editorial

El crimen estaría ganando la batalla

Inquietante sensación:

La sensación de inseguridad ha llegado a tal extremo, que la ciudadanía amanece y anochece con el temor de ser víctima de la delincuencia en el momento menos pensado. El lunes 1° de julio,  en el corto lapso de tan solo doce horas, cuatro personas fueron acribilladas en diversos sectores de Chimbote y Nuevo Chimbote  por presuntos asesinos a sueldo que últimamente actúan con total soltura y agresividad. En declaraciones  a los medios de prensa, la Jefa de la División Policial, coronel Carol Vigo Catter, aseveró que estos hechos de sangre se deberían a un consabido ajuste de cuentas entre bandas  criminales que se dedican al tráfico de terrenos.

El  miércoles 3, en una reunión de emergencia convocada por el alcalde provincial y presidente del  Comité de Seguridad Ciudadana, Luis Gamarra Alor, se acordó solicitar al gobierno central la compra de quince camionetas, veinte motocicletas y sesentaicinco  cámaras de seguridad;   gestión que, para que se concrete,  requiere de la firma de un convenio interinstitucional entre la comuna provincial y el ministerio del Interior. Lo que significa que todavía tenemos que esperar un buen tiempo.

Hace dos días, en declaraciones a este medio,  la congresista Lady Camones  ha demandado al gobierno central la creación de una Dirección Territorial de la PNP exclusiva para Ancash, y no seguir dependiendo de la Dirección Territorial de La Libertad, con sede en Trujillo, decisión que le permitiría a la Región  Policial de Ancash contar con una necesaria autonomía económica y administrativa. Se sabe que en las diversas comisarías de la región existe  un total de 125 patrulleros fuera de servicio, precisamente  debido a la falta de repuestos y mantenimiento. Según la parlamentaria, hasta para  comprar un lapicero, las comisarías de Ancash tienen que solicitar autorización de Trujillo.

Entre tanto, hasta hoy se desconoce en qué nivel de gestión se encuentra el convenio suscrito entre el gobierno regional de Ancash y el ministerio del Interior para la adquisición de 120 patrulleros, ¿o  es que los papeles también se los lleva el viento?.

Sin necesidad de añadir mayores comentarios, éste es el  desolador panorama que se vive en Chimbote y Nuevo Chimbote en materia de seguridad ciudadana. Por lo que se puede ver, nuestra Policía Nacional no está en condiciones de garantizar una respuesta oportuna y  satisfactoria ante la arremetida de la delincuencia.

Peor aun si vemos que la acción preventiva de inteligencia policial no está dando los frutos esperados. No obstante que el modus operandi de las bandas delincuenciales no es un secreto para nadie y a pesar  que sus redes actúan con la más descarada indiscreción, ninguna de estas bandas ha sido desarticulada con anticipación. Han tenido que suceder las cosas para que recién el servicio de inteligencia se dé por enterado.

Se sabe que la batalla contra la delincuencia no es fácil de enfrentar. La vida de los policías está en juego, igual que la vida de muchos inocentes. Pero ante la sensación de ser la delincuencia quien esté adelantando sus líneas, algo hay que hacer, y de inmediato, para hacer retroceder al crimen y devolverle la tranquilidad  a la población.