Editorial

Nada con la prensa

Rectora de la UNS:

“¿Crees que porque tienes un medio tienes libertad para ofender y mentir?.  Cuán equivocado estás, no te temo soy docente muy a tu pesar”. Así con estas palabras desafiantes y totalmente fuera de lugar, la rectora de la Universidad Nacional del Santa, Dra. América Odar Rosario, se negó a conceder una entrevista al periodista Marco Villanueva Escobar con relación a varios temas que vienen sucediendo al interior de esta casa de estudios superiores y que reclaman el debido esclarecimiento, entre ellos la difícil situación de un grupo de docentes que hace cuatro meses no reciben su  sueldo.

La actitud de la Dra. América Odar en nada se diferencia a la postura de otros funcionarios del Estado que se amparan en el exceso de poder para  no responder temas que, justamente por comprometer la función del Estado, necesitan ser asumidos con la más absolutamente transparencia, sin necesidad de llegar al extremo de considerarse intocables. Ese es el espíritu de toda entrevista periodística: ir al fondo del asunto y conocer la verdad.

Lamentablemente, existen funcionarios públicos de todo nivel  que no comulgan con este segmento de la libertad de expresión. Aquello de utilizar las redes sociales para ofrecer conferencias de prensa virtuales, donde no se aceptan ni se responden preguntas, no es más que es un monólogo, un cotidiano listado de autoelogios de nunca acabar y la forma más alevosa de sacarle la vuelta al derecho de la libertad de expresión.

Bajo este mecanismo, monocorde y unilateral, es imposible que el periodista pueda ejercer su derecho a la investigación y eso es algo que con toda seguridad forma parte de la currícula de la Escuela de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional del Santa. Desde las aulas universitarias, los alumnos de periodismo tienen que saber que la única manera de sacar a la flote la realidad es a través de un trabajo de investigación y análisis. Copiar y pegar lo que dicen las redes sociales, no es periodismo. Ese es un vulgar espejismo. Y para dedicarse a  ese mecanismo tampoco hace falta estudiar o tener experiencia periodística.

Si estos funcionarios creen que los periodistas debemos conformarnos con lo que difunden las redes sociales, permítannos recordarles que están totalmente equivocados. Por mucho que éstos nos respondan con frases desafiantes o que nos cierren las puertas en las narices, jamás bajaremos la guardia, siempre estaremos atentos a ir hasta el fondo del asunto, cueste lo que cueste, le pese a quién le pese.