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OPORTUNO

Por lo menos desde la perspectiva de esta columna, la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ancash no podía permitir que una institución procesal tan efectiva y contundente como la celada quede desairada con el fallo del Juez de investigación preparatoria especializado en casos de delitos de corrupción de Huaraz, mediante el cual se desestimó el pedido de prisión preventiva solicitado por el Fiscal y se impuso comparecencia con restricciones en favor del alcalde del distrito de San Marcos, Félix Chávez Alfaro. Ello porque había llamado poderosamente la atención que habiendo sido detenido el burgomaestre en flagrante delito, en el marco de una celada previamente denunciada por el agraviado, no existía razón alguna para poner en tela de juicio la prueba evidente de la entrega de un dinero para el ejercicio u omisión de un deber funcional. La coartada del alcalde en el sentido que le habían sembrado el dinero es la misma que esgrimen todos aquellos que, a la hora undécima, salen pidiendo clemencia y no piensan en la gravedad de sus actos. Los jueces superiores de Huaraz, advirtieron que la resolución del juez cojeaba, había omitido pronunciarse sobre un extremo de los elementos de convicción expuestos por el Ministerio Público, especialmente en la segunda parte del tipo del delito de Cohecho pasivo como es lo relacionado a la realización u omisión de un acto en violación a las obligaciones del alcalde investigado, así como tampoco ha fundamentado las razones por las cuales aplica la comparecencia con restricciones. Por ello es que ha optado por anular la resolución apelada y ha ordenado que se realice una nueva audiencia de prisión, empero, esta vez con otro juez. Como habrá sido de previsible esta resolución de vista que tanto el investigado como el abogado de la defensa no se hicieron presentes a la audiencia, pensaban que podría haberse revocado la resolución del Juez, de allí que el fallo de la Sala Superior de Huaraz es oportuno en un momento en el que se necesita defender las herramientas legales que tiene la comunidad para poner al descubierto a quienes incurren en actos de corrupción.

INJERTO

La información municipal que daba cuenta de la presencia de un taxista violento que amenazó con un cuchillo a un inspector era en realidad la antesala de la identificación de hechos sumamente graves. El maleante que amenazó al inspector no era un transportista y el vehículo que conducía no era necesariamente un auto que trabaja como servicio público en las calles de Chiclayo y por ello llevaba un logotipo con el distintivo, por el contrario, se trataba de un avezado delincuente. En efecto, según información policial, el detenido es un sujeto con antecedentes penales que ha sido capturado anteanoche por la Policía y el vehículo en el que fue intervenido no era un taxi o colectivo que pretendía infiltrarse en el transporte público local, era en realidad un auto en el que estaban esperando a otros delincuentes para dar un golpe en alguna empresa o establecimiento. El vehículo fue traído a Chimbote para golpear, lo que sucede es que el chofer se colocó en un paradero informal y allí fue intervenido por personal de la Municipalidad sin imaginarse que estaban ante un sujeto peligroso vinculado con alguna gavilla de delincuentes, a decir de la Policía. Afortunadamente, el sujeto no le hizo daño al inspector y solo lo echó del auto luego de amenazarlo con un cuchillo.

EBRIO

¿Cómo es posible que un chofer en estado de ebriedad se ponga al volante de un ómnibus de transporte interprovincial? Aunque nadie lo crea esto ha ocurrido anteayer en la entrada de Vinzos, en la carretera de penetración Santa Chuquicara, en donde el ómnibus que era manejado por el chofer ebrio colisionó con un auto que quedó seriamente dañado y su conductor gravemente herido, siendo trasladado a un nosocomio pero en el trayecto falleció. Este es un hecho sumamente grave que compromete la libertad personal del conductor del ómnibus que, hasta donde entendemos, ha quedado en calidad de detenido pues esta clase de delitos se sanciona con una orden de prisión preventiva en caso se registre la muerte o lesiones graves. El solo hecho de ponerse al volante de un auto en estado inecuánime involucra una grave irresponsabilidad, pero ponerse al frente de un ómnibus y ocasionar un accidente con secuela de muerte, entonces la cosa ya es imperdonable. No sabemos cuánto puede haber avanzado este chofer en esas condiciones pero pudo ocasionar la muerte en cualquier otro lugar lo que demuestra que no existe un control adecuado en este rubro.