Monseñor Cabrejos:
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Miguel Cabrejos, hizo una invocación al diálogo urgente y esperanzador entre los ciudadanos y sus autoridades, ello en el marco de las celebraciones por Fiestas Patrias.
A través de un pronunciamiento denominado “En el Perú siempre hay esperanza de cambio”, llamó a la participación política de todos, especialmente de los jóvenes y señaló que la inacción de grandes sectores de la población permite que prosperen situaciones que reflejan un deterioro de la calidad de vida nacional.
Sostuvo que se ha generado una “cultura de corrupción” donde muchas autoridades se muestran indiferentes al clamor de la población.
“¿Cómo entender el hecho del que pide cupos del sueldo de un trabajador bajo la amenaza de despido? ¿Cómo tolerar la coima como una práctica común, donde algunos funcionarios, autoridades y corruptores son considerados simplemente pícaros u oportunistas”, señaló el arzobispo de Trujillo.
Además, indicó que muchos peruanos prefieren mirar de costado y no involucrarse ante dichas situaciones.
“Superemos la desconexión para encaminarnos hacia un diálogo urgente y esperanzador entre los ciudadanos y sus autoridades, pues si bien el gobernante es el responsable, el ciudadano es también corresponsable”, expresó monseñor Miguel Cabrejos.
El clérigo señaló que el Perú es responsabilidad de todos, un don de Dios, por su riqueza pluricultural, su biodiversidad y sus grandes recursos naturales.
“No todo está perdido, hay esperanza: ¡Un nuevo proyecto de solidaridad y consenso nacional es posible y necesario y debe dar lugar a una nueva política! ¡Una política que, como dice el papa Francisco, sea la expresión más alta del mandamiento del Amor!”, manifestó el presidente de la Conferencia Episcopal.
Asimismo, expresó su preocupación por los niveles de pobreza, de desigualdad, de desempleo y subempleo, sumados a los altos niveles de corrupción, el feminicidio, la delincuencia, la inseguridad ciudadana, la violencia y la degradación ambiental.
El deterioro de la calidad de vida nacional -prosiguió Cabrejos Vidarte- es reflejo y producto muchas veces como dice el Papa Francisco “de la mala política”, que ha creado una cultura de corrupción donde muchas autoridades se muestran indiferentes al clamor de la población. (Andina)