SOBREEXPOSICION
Se entiende y comprende la indignación de la comisionada de la Defensoría del Pueblo en Huaraz, Dra. Rina Rodríguez Luján, luego de ver la manera como la prensa limeña ha expuesto a la bebé de apenas dos meses de nacida que ha sido ultrajada por su propio padre. Este caso se difundió hace unas semanas atrás con el cuidado que merece un tema así. Es decir, preservando y resguardando la identidad de la niña. Pensamos que después del encierro del degenerado sujeto que la ultrajó y las atenciones que ya recibía en el hospital de Huaraz, este caso se encaminaba a ayudar a la menor a salir de este difícil trance, para ello la defensoría se interesó en la medida que los albergues del Ministerio de la Mujer en Huaraz se negaron a recibirla. Fue entonces que se gestionó ante el Ministerio Público a efectos que se ubique un lugar adecuado para que la atiendan hasta que se pueda desarrollar la investigación correspondiente y las autoridades judiciales decidan qué hacer con ella, pues de manera precipitada y equivocada un Juez le había otorgado la custodia a la abuela de la niña cuando se trataba de una mujer en extrema pobreza. Eso se corrigió y existía la alternativa de llevarla a la Maternidad de María en Chimbote o el albergue infantil “Arco Iris” de Huaraz que es una entidad privada que se ofreció a proteger a la bebé. Allí estaba hasta que alguien por las redes sociales alertó del mal estado de la niña cuando en realidad solo fue trasladada al Hospital de Huaraz por una infección a las vías urinarias y se le estaba otorgando el tratamiento. Sin embargo, las redes sociales suelen distorsionar todo y por ello el Ministerio de Salud decidió intervenir para trasladarla al Hospital del Niño a efectos de recibir atención especializada. Eso está bien, pero lo malo es que allá suelen hacer mucho ruido y show mediático, sacaron a la bebé en un programa noticioso y con tal irresponsabilidad de poncharla de frente, apareció el Ministro de salud y luego hasta en un programa de espectáculos tomaron este tema. Una irresponsabilidad absoluta que la Comisionada de la Defensoría de Huaraz ha deplorado con absoluta justificación.
RAPTO
La inseguridad en la ciudad es tal que ahora cualquiera puede contratar a matones y perpetrar tropelía y media sin que nadie pueda detenerlo o intervenirlos, esto es lo que ha sucedido hace unos días en Nuevo Chimbote, en donde el hijo de un trabajador judicial fue secuestrado por una gavilla de sujetos entre los que se encontraba nada menos que su propia madre. Se trata de un típico caso de enfrentamiento de una ex pareja que se disputa la custodia del niño que en este momento, según lo ha revelado el agraviado, está a cargo de su padre. En estos casos suele suceder eso, quien más sufre es el menor que tiene sus sentimientos emociones repartidas entre sus progenitores, mientras estos deslindan superioridades ya no en el campo legal o por intermedio de demandas que deben dilucidar a quien tiene mejor derecho como lo establece la ley, sino que apelan a esta modalidad que ya es delincuencial de contratar matones para llevarse al niño. Los medios de comunicación no han vuelto a recibir más información que aquella que se proporcionó con las imágenes de video, no se sabe si la madre fue ubicada y el menor recuperado, lo cierto es que allí tenemos un caso de peligroso enfrentamiento que puede llegar a mayores. Eso se tiene que evitar.
OSCURIDAD
La falta de pago del suministro de energía eléctrica en diferentes colegios se sumó al corte de energía que se registró también en una Posta de salud del A.H. “Víctor Raúl”, tal como lo revelaron los medios locales la semana pasada. De allí que esto no puede obedecer a una mera coincidencia, es evidentemente producto de la mediocridad de entidades del sector público que no han sido capaces de cuidar que los servicios básicos, que se encuentran debidamente presupuestados, se mantengan sin inconvenientes y no sufran cortes intempestivos. La falta de pago es consecuencia también de un manejo indeficiente de los recursos, no se toman las previsiones del caso y es absurdo que ello obedezca al hecho que la dependencia pública haya incrementado el monto del recibo como, por ejemplo, lo quiso justificar el Director de la UGEL. Cuando Robert Yturria hizo este descargo de inmediato saltaron los directores de los colegios para desmentirlo y señalar que el monto que pagan es el mismo de siempre. Consecuentemente, la mediocridad es la madre de este cordero.