Cuando la temporada de verano ya estaba en todo su apogeo, cuando los miembros del cuerpo de salvataje de la Policía había realizado denodados esfuerzos para rescatar a bañistas temerarios que suelen desafiar la fiereza del mar, recién en los primeros días de este mes llegó a la Municipalidad de Nuevo Chimbote el documento de la Capitanía de Puerto y de la Marina de Guerra que declara la Playa de Atahualpa como un Balneario de peligro y prohibido para el ingreso de los bañistas.
Para esto ya había ocurrido la tragedia de la muerte de dos jóvenes que llegaron a hacer deporte y desaparecieron por casi diez días al haberse ahogado en circunstancias desconocidas pues sus amigos que los acompañaban no llegaron a verlos que ingresaban al mar, pero sus cuerpos fueron devueltos después de una incesante búsqueda por tierra, mar y aire.
Lamentablemente el mar es así de impredecible, es capaz de devorarte y no dejar una sola huella del cuerpo de una persona por varios días hasta que, por inmersión, sale finalmente a flote y lo arrastra hasta la orilla a pesar que en los vuelos realizados no se pudo observar absolutamente algún avistamiento de sus cuerpos.
Este mismo documento de Capitanía llegó al seno del Comité de Seguridad Ciudadana en el cual se decidió que se tomaran acciones para prevenir las muertes en este balneario, inclusive, el representante del Ministerio Público llegó a advertir que esta labor de previsión le corresponde a la autoridad municipal de Nuevo Chimbote y que si no lo hacia su alcalde podría ser denunciado por delito de omisión de funciones.
Es evidente que nuestras autoridades parecen vivir en otros lugares y no en Chimbote, pues los medios de comunicación vienen difundiendo desde hace mucho tiempo las acciones de prevención que se realizan en este Balneario, pues está claro que la “bandera roja” que es señal de peligro no representa absolutamente nada para los temerarios bañistas que llegan a ese lugar.
El municipio de Nuevo Chimbote ha colocado los carteles de advertencia hace mucho tiempo y con esa misma premura los delincuentes se han robado los paneles seguramente para vender los palos y la madera con los cuales se fabrican.
Inclusive la peligrosidad de la Playa de Atahualpa ha sido advertida por todos los medios de comunicación, sean escritos, radiales y televisados, empero, ello nunca ha sido suficiente, la gente sigue llegando a este Balneario e ingresando a las aguas de esta playa que tiene corrientes submarinas sumamente traidoras que de pronto pueden arrastrar a los bañistas y ahogarlos si es que antes no llegan los salvavidas.
De allí que la problemática no es tan sencilla como aparentemente lo dibujó un Fiscal en una última reunión del COPROSEC, inclusive, una medida de restricción se puso en marcha mediante tranqueras colocadas en la zona de acceso a esta playa, con la finalidad de evitar el ingreso de vehículos uy desanimar a los bañistas que llegan en autos y se dirijan a algún otro balneario de la ciudad, sin embargo, muchos bajaban de las unidades vehiculares y se dirigían caminando hasta Atahualpa.
No existe manera de impedir que las personas lleguen a este Balneario, ni siquiera la propia responsabilidad de la persona de defender su integridad física y la vida misma los lleva a desistir de llegar hasta esta hermosa playa, por ello es que a pesar de las dos últimas muertes de los jóvenes deportistas se han continuado registrando rescates por parte del cuerpo de salvataje, lo que nos parecía a todos increíble.
Inclusive, hay algunos lectores que nos han escrito indignados por esta temeridad y han señalado que las autoridades y los salvavidas ya no deberían esforzarse en mantener una custodia en esa playa y dejar que los bañistas se arriesguen en la medida que saben que esa playa es peligrosa e insisten en acudir a la misma, empero, es evidente que ello es imposible porque la tarea de la autoridad es prevenir.
Por ello es que frente a este cuadro realmente complicado, el Jefe del Comité de Defensa Civil de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote, ha informado la semana pasada que su despacho ha solicitado al Pleno de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote que ponga en discusión y elabore un proyecto de ordenanza que determine una sanción para aquellas personas que ingresen al mar de Atahualpa.
La idea de este funcionario radica en el hecho que siendo la playa un espacio natural al que nadie puede prohibir su acceso, lo que se podría hacer es sancionar a quienes ingresan al mar habida cuenta que existe una resolución de la Capitanía de Puerto y de la Marina de Guerra que prohíbe el ingreso a estas peligrosas aguas.
Pero ¿Qué clase de sanciones se puede imponer a estas personas que no tienen reparos en arriesgar sus propias vidas y que ingresan al mar de Atahualpa a sabiendas que pueden ahogarse y no volver a salir a la orilla?
Esto es tan complicado como lo primero, una multa no sería acatada jamás, alguna suerte de castigo como tareas comunales o la misma limpieza en las playas, eso tendría que tener un respaldo de una medida de corte judicial.
Por ello es que en este mismo espacio señalamos hace ya mucho tiempo que las autoridades deberían haber analizado la posibilidad de prohibir el ingreso a la Playa de Atahualpa, clausurarla definitivamente para que no se registren más muertes. Seguramente alegarán que es una medida anticonstitucional, empero, algo ser tiene que hacer, si eso es así se debería demandar alguna enmienda al Congreso de la República para que en la misma carta magna se incluya alguna excepción sustentada en la terrible estadística de la Playa de Atahualpa que podría ser la misma que existan en otras playas del país.
Lo que no pueden hacer los concejales y los representantes del COPROSEC es andar echándose la culpa entre ellos y digiriendo medidas que ya se han puesto en vigor y que no han dado resultados, en este tema está de por medio la vida de las personas y cuando ello ocurre se tiene que ser lo más radicales posibles, como el hecho de clausurarse una playa si es necesario, por lo menos quienes vemos semanalmente como se salvan las personas y se ahogan otras no vacilaríamos jamás en adoptar un extremo necesario en este momento.