Editorial

Editorial: :: JUICIO EN FASE FINAL ::

Después de casi cuatro años del crimen del ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos, aquel aciago pasaje de la etapa política más oscura de nuestra Región y que representó el punto de partida para el final de una red de corrupción encostrada en la administración regional, los Chimbotanos volvieron a rememorar aquellos tristes momentos y volver a vivir aquel cruel atentado criminal.

Ello porque los magistrados que forman la Sala Penal Nacional “A” que está a cargo del juicio oral contra los acusados por este luctuosos asesinato, llegaron a nuestra ciudad con la finalidad de realizar audiencias en dos días consecutivos, a efectos de cumplir con las diligencias que se encuentran pendientes.

Los magistrados René Martínez Castro (Presidente), Hans Contreras Cuzcano (director de debate) y Omar Pimentel Calle cumplieron dos días de extenuantes interrogatorios a varios testigos del hecho criminal, entre ellos a testigos en reserva que declaran en el anonimato a efectos de preservar su seguridad en la medida que conocen pasajes relevantes de este atentado y se trata de preservar su seguridad.

Por ello es que muchos recordaron lo que se vivió en nuestra ciudad después de aquella fría noche del 31 de marzo del 2014, cuando el ex consejero regional Ezequiel Nolasco preparaba su próxima candidatura y por ello había viajado a la capital de la república, acompañado de su abogado Marco Sánchez Ponte y un amigo.

En ese momento y desde que saliera del gobierno regional, Ezequiel Nolasco se había constituido como el tenaz opositor de la gestión de César Álvarez Aguilar y había hecho frente a un primer atentado criminal en Julio del 2010, además que vivía en medio de permanentes amenazas de las huestes del hoy encarcelado ex presidente regional porque no cesaba en denunciar los actos de corrupción y de exigir justicia.

No se puede olvidar que Nolasco fue agraviado de un atentado criminal en el que salió malherido pero que terminó con la vida de su hijo político Roberto Torres Blas, por ello bregaba ante las instancias judiciales para que los responsables de ese crimen vayan a la cárcel, cosa que no se concretaba porque la administración de justicia se mostraba cómplice de aquella gestión regional.

Esto lo denuncio en todos los tonos y en todos los foros, muchos deben recordar cómo se veía precisado a desnudarse y encadenarse en el frontis del Palacio Judicial porque sencillamente no se hacía justicia, empero, en aquel último viaje que realizó a la capital de la república consiguió ser entrevistado por un conocido periodista de Canal N, medio de comunicación del grupo El Comercio, ante quien dejó expresa constancia de la manera como era amenazado de muerte.

El otrora valiente ex consejero no vaciló en señalar a quienes los amenazaban con matarlo y describió hasta donde podría llegar la alianza delincuencial que había tomado su región, por lo que el periodista Jaime de Althaus concluyó la entrevista sorprendido y pasmado por lo que decía Nolasco y terminó la charla con un lacónico “cuídese por favor”.

Infortunadamente, en ese viaje de retorno a Chimbote, el ex consejero regional se detuvo con sus acompañantes en la ciudad de Huacho, en los restaurantes que se ubican a pocos metros de la carretera Panamericana norte con la finalidad de hacer un descanso y tomar algo antes de retomar el recorrido, todo ello ocurría al promediar la medianoche.

Pero Nolasco Campos tuvo el infortunio de ingresar a un restaurante en donde se encontraba el delincuente conocido como “Chino Malca”, un reclutador de sicarios que había llegado a Huacho a perpetrar un crimen por encargo, estaban haciendo el reglaje y al ver a Nolasco llamó a Rubén Moreno Olivo (a) “Goro” para peguntarle si aun estaban interesados por la cabeza de Nolasco por la cual pagaban 30 mil soles, pues le indicó que lo tenía en la mira y se encontraba con los sicarios que podrían realizar este trabajo.

Lo demás ya todos los conocen y la Sala Penal Nacional interrogó la semana pasada a un testigo en reserva que tomó conocimiento que antes del asesinato el ex presidente regional César Álvarez había solicitado que se busque un sicario que acabe con la vida del ex consejero regional, dejó este encargo en manos de los ex dirigentes de construcción civil Víctor López Padilla y Modesto Mondragón que estuvieron indagando en Chimbote y dejaron huellas de esta criminal pretensión.

Todo ello coincide con lo que la Policía descubrió a los pocos días de perpetrado el crimen, ocasión en la que hizo el seguimiento en función al segundo crimen perpetrado en Huacho, que era el “trabajo” por el cual el “Chino Malca” había llegado a esa ciudad y de esa manera pudo ubicar al sicario Christian Cruzate Pereda, un jovenzuelo que por entonces solo tenía 20 años y era capaz de matar a cambio de un puñado de soles.

En aquella ocasión Cruzate reveló todo, dijo que pudo escuchar que “Chino Malca” vio a una persona que ingresó al restaurarte y llamó a un tal “Goro”, escuchó que decían que estaban consultando con el Presidente Álvarez y poco después le encomendaron asesinar al hombre que había ingresado al establecimiento.

“Colombiano”, como se hacía llamar el sicario hizo hasta la reconstrucción de los hechos, su versión quedó como un revelador testimonio para esclarecer el crimen del ex consejero regional, el hecho que ahora pretenda negar todo y aduzca que lo obligaron a firmar una manifestación con nombres de otras personas, eso es otra cosa, todos vieron cómo se desenvolvía con absoluta naturalidad el día de la reconstrucción, no existió un solo atisbo que existió presión de su parte,

Si este asesino a sueldo victimó a Nolasco es porque alguien le pagó por ello, el crimen no tenía sino motivaciones políticas, por ello es que los jueces llegaron a Chimbote para verificar entre los testigos que residen en Chimbote si conocían de esto y se llevaron abundante información que lo confirma.

El juicio oral por el crimen de Ezequiel Nolasco se encuentra en su fase final, ya son pocas las diligencias que han quedado pendientes, solo resta la ratificación de pericias y algunas declaraciones testimoniales que de no cumplirse podrían prescindirse, pero en lo esencial los magistrados ya han evaluado conscientemente los hechos, seguramente en unos dos o tres meses ya tendremos una sentencia definitiva. Estamos confiados en que la justicia sabrá compulsar debidamente las pruebas y emitir la condena que el ex consejero espera desde el más allá para que, por fin, se haga justicia como siempre reclamó en vida.