Editorial

Editorial: ::: PURA CORRUPCIÓN :::

Que las instituciones de nuestro país, especialmente aquellas del sector público, han caído en lo más profundo del hoyo de la corrupción, es una verdad de Perogrullo que muchos lamentamos en la medida que nos coloca como un país en donde se han perdido los valores y, esencialmente, la vergüenza

Y es que uno de los hechos que grafica este lúgubre escenario en el país es la reciente liberación del delincuente Rubén Moreno Olivo, más conocido como “Goro”, quien fue uno de los sicarios de la red de corrupción de Ancash y sobre quien pesan muchas acusaciones por los atentados criminales perpetrados en nuestra Región.

Ocurre que nadie se había percatado, aparentemente, de la repentina desaparición de “Goro”, en los juicios que se tramitan en la sede nacional de Lima, salvo la joven Fiorella Nolasco Blas, la hija del asesinado ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos, quien acudió el pasado 17 de Junio a una de las ultimas audiencias del juicio en el que se ventila la muerte de su padre y le extrañó que no aparezca en el video que se transmite desde el Penal en donde están recluidos los acusados.

Fue entonces que la joven comenzó a preguntar por él, nadie aparentemente sabía que había sucedido y las razones por las cuales ya no se presentaba desde el penal, sin embargo, en la medida que ese hecho no perturba el avance del proceso, se siguieron las diligencias y se volvieron a reunir en una audiencia el pasado 23 de Junio.

Fue entonces que la joven exigió una explicación y el Fiscal Superior que atiende la causa se puso en contacto con el Penal de “Piedras Gordas” para conocer las razones sobre las cuales ya no se ponía al Goro en la sala de audiencias, solo entonces se llevaría una desagradable sorpresa.

Desde el Penal le informaron que Rubén Moreno ya no estaba recluido y que había sido liberado por disposición de Primer Juzgado Penal de Investigación Preparatoria a cargo del Juez Richard Concepción Carhuancho.

Sin embargo, de primera intención esta información resultaba sumamente dudosa, comenzando por el hecho mismo que un magistrado como Concepción Carhuancho difícilmente podría caer en el cuento de una liberación indebida, y, de otro lado porque los medios de comunicación sabíamos que este sujeto había sido condenado a 25 años de prisión y que solo egresaría el año 2039.

De allí que la pregunta que se cae de madura es ¿Cómo es posible que un delincuente que ha sido condenado en instancia definitiva a purgar 25 años de cárcel se encuentre en la calle cuando ni siquiera ha cumplido con el primer tercio de la pena?.

Pronto se conocería que la resolución que dictó el Juez Concepción Carhuancho es una en la que se advierte que resuelve “de oficio” la situación jurídica de “Goro” que había cumplido con el plazo de la prisión preventiva y existía la posibilidad que solicite una libertad procesal, por ello el juzgador optó por la figura del arresto domiciliario con la finalidad de impedir su fuga y que los efectivos policiales se dediquen únicamente a la custodia del indebidamente acusado

Sin embargo, el INPE lo había liberado el pasado 19 de junio y sus operadores quisieron dejar la impresión que fue un error involuntario alegando que en la pantalla de sentenciados no aparecía la condena a 25 años de cárcel que se le impuso.

Sin embargo, a nadie le quepa duda que en este caso se han expedido resoluciones para favorecer a un peligro delincuente por cuanto un arresto domiciliario no significa que se le abren las puertas de par en par al sentenciado, sino que obliga al recinto penitenciario a entregar al sentenciado a una sección especializada de la Policía a efectos que se disponga la custodia que debe mantenerse en el exterior de la vivienda.

Nada de esto se había cumplido, ni el “Goro” está en el penal de “Piedras Gordas” ni se encontraba en su domicilio purgando la carcelería domiciliaria, lo que ponía en evidencia que había existido de por medio una componenda que llevó al delincuente a ganar fácilmente las calles.

En este sentido no existe manera para llegar a una absurda conclusión del error involuntario, más aun cuando el INPE trató de escudarse en una resolución de arresto domiciliario, sin embargo, esta figura significa que el presidiario es conducido a su domicilio de cual no puede salir, no significa que será liberado.

Y es que no existen atenuantes en la forma como se ha liberado al delincuente “Goro”, pues ahora se sabe que aquellos conocían perfectamente de la existencia de la condena y que no es cierto que la pantalla de registro del INPE no ubique el fallo judicial que se le impuso hace ya cuatro años atrás.

Será motivo para que la justicia comience a sancionar a todos aquellos que se prestan a turbios negociados que tratan de desvirtuar las sentencias y fallos que están en ejecución, y, que solo tratan de favorecer a los sujetos más peligrosos y avezados.

Ello porque ha quedado en evidencia que no ha existido error involuntario y menos aún una omisión de alguien que no ha comunicado de la existencia de una condena de 25 años al portal de Instituto Nacional penitenciario.

Hay que tener en cuenta que no es la primera vez que se presenta un caso de estas características, antes ya ha ocurrido algo similar con el caso del ex secretario general del Sindicato de Construcción Civil, Víctor López Padilla, quien fue liberado indebidamente porque al variársele las prisiones preventivas que pesaban en su contra, tenía vigente una condena por un ataque a la vivienda, paradójicamente, del ex consejero Ezequiel, Nolasco, por lo que tras la denuncia de los medios de comunicación, el ex dirigente optó por volver voluntariamente al presidio.

De allí que es evidente que los empleados del INPE han actuado dolosamente a sabiendas que el recluso tenía una condena de 25 años que se estaba ejecutando, de allí que todos estos manejos bajo la mesa demuestran que son pura corrupción, se ha llegado al extremo de dejar en la calle a un condenado sin recato alguno. Se viola la ley de la manera más desvergonzada abriéndole las puertas del Penal a un sujeto condenado y peligroso, sin embargo, hasta el momento no existe un solo responsable tras las rejas. Esto es el colmo.