La contraloría general de la república ha realizado acciones de control en una serie de rubros y con la decidida intención de disponer correctivos y, de ser necesario, denunciar los actos que representen un doloso perjuicio a los intereses del estado.
Estas acciones de control han concitado la atención de la prensa y han derivado en sendos informes que han obligado a gobiernos regionales y municipios a tener que enmendar rumbos en lo que concierne a designaciones y nombramientos, así como en los contratos de obras y servicios en donde se han advertido falencias.
Justamente, la semana pasada el organismo de control, a nivel regional, ha realizado una evaluación de las acciones de control que se han emprendido en operativos de control tales como “Vigilamos contigo la Reconstrucción”, “Seguridad ciudadana” y “Por una salud de calidad”, realizados en los últimos meses.
Esta suerte de inventario de informes finales ha permitido recordar, por ejemplo, que en materia de ejecución presupuestal las entidades públicas adolecen de una serie de deficiencias que los lleva a un escenario que hasta hace unas décadas era imposible de imaginar, pues existe presupuesto pero no hay proyectos para ejecutarlos, y, si esos proyectos existen han sido deficientemente elaborados.
Esta es la triste realidad de esta estadística que nos ha recordado que en el rubro de la Reconstrucción con Cambios solo se ejecutó el 16% del presupuesto aprobado por el Ejecutivo para Áncash, (entre setiembre de 2017 y abril de 2019).
Es decir que en dos años solo se avanzó menos del 20% y se reportaron apenas 7 obras paralizadas y 33 en etapas previas a su ejecución.
Lamentablemente, el organismo de control no viene sino a ratificar lo que hace unas semanas expuso en nuestra ciudad el Coordinador regional de la reconstrucción con Cambios, quien fue ubicado por la prensa en la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote, hasta donde llegó para tomar conocimiento qué se estaba haciendo respecto a sus proyectos que no pueden ser financiados porque presentan una serie de observaciones que no han sido subsanadas por los funcionarios del área pertinente.
Y señaló que este problema se adolece en la mayoría de reparticiones públicas, es la razón por la cual la reconstrucción con cambios no ha avanzado, se mantiene con los márgenes más pobres en materia de rehabilitación al extremo que, habiéndose implementado para superar los estragos dejados por el fenómeno del niño costero, han transcurrido casi tres años y hasta el momento el papel de este organismo solo huele a fracaso.
De allí que el alto funcionario llegó a nuestra ciudad no solo para tender puentes y buscar la mejor manera de salvar estas deficiencias, sino para compartir con los medios de comunicación esta realidad que trata de eximir de responsabilidad a ese organismo trasladarla a los municipios que no han avanzado en este aspecto.
Y es que a nadie puede dejar de llamar la atención que el gobierno nacional haya transferido a los gobiernos regionales y los municipios que tienen la condición de ente ejecutor, miles de millones para financiar los proyectos en marcha, sin embargo, el resultado es totalmente negativo.
Los chimbotanos que frisan la base cuatro y cinco crecieron en medio de un escenario político en el cual los gobiernos de antaño decían y repetían que contaban con los proyectos técnicamente aprobados, sin embargo, no existía dinero para ejecutarlos, la crisis y las carencias eran más que evidentes.
Sin embargo, han pasado los años y la economía ha mejorado notoriamente, ahora los gobiernos cuentan con capacidad económica para financiar proyectos de agua, saneamiento, electrificación y salud, incluso, tiene la posibilidad de suscribir convenios con otros gobiernos u organismos internacionales para poder financiar el costo de esos proyectos.
Frente a la contingencia, ya no se cuenta con las dificultades que se observaron cuando se registraron otros fenómenos catastróficos, por el contrario, el tesoro público está en capacidad de lanzar salvavidas a los pueblos afectados y apoyarlos en su rehabilitación.
Esto es lo que se estableció con la famosa reconstrucción con cambios, es decir, el organismo creado por el gobierno para rehabilitar los daños que generó el niño costero incluso, le endilgó el “cliché” de reconstrucción con cambios con la finalidad de establecer diferencias con el organismo de reconstrucción que se creó en el segundo gobierno aprista para hacer frente al terremoto que asoló la provincia de Pisco e Ica.
Estas diferencias estaban sustentadas en el fracaso del organismo reconstructor, sin embargo, tal parece que no conocen ese sabio adagio que dice “nunca escupas al cielo porque puede caerte en la cara”, pues ahora las cosas en la reconstrucción con cambios están tan iguales o peores que antes.
Para muestra basta un botón, muchos pueblos de la provincia del santa han sido afectados por el Niño Costero, todos ellos han sido incluidos en los programas de reconstrucción y se les asignó el presupuesto correspondiente, empero, hasta la fecha no se ha iniciado una sola obra que no sea de descolmatación de los ríos.
Hace solo unos días han llegado al vecino distrito de Coishco un grupo de proyectistas enviados por la oficina regional de la reconstrucción con cambios a efectos de observar las condiciones en las que se encuentran los inmuebles o lugares que deben ser rehabilitados, pues lo que se trata es de ayudar al Municipio Distrital a poder terminar los expedientes, o por lo menos levantar las observaciones que se hicieron.
Esta es la penosa realidad de este organismo que no tiene como emprender vuelo, se sigue ahogando en las deficiencias e incapacidad de los Municipios que no solo no han sido capaces de elaborar un expediente en el menor tiempo posible sino que aquellos que llegaron a elaborar están malos, son deficientes y deben ser corregidos como para poder aplicarles el presupuesto que ya lo tienen hace mucho tiempo.
Si las cosas están así no debería sorprendernos que las estadísticas recogidas por la Contraloría nos muestren estas cifras desalentadoras, estamos ante un problema serio, la falta de capacidad de gestión, la inoperancia de los organismos técnicos que nos lleva a concluir, a diferencia de lo que ocurrió hace años, que ahora hay plata pero no proyectos. Es cierto aunque Ud., no lo crea.