DERROCHE
No es posible que después que se haya dispuesto de poco más de 3 millones de soles, se advierta que una empresa contratada por el gobierno regional para la obra de remodelación del Centro de Salud de Yanac, en la provincia de Corongo, no haya dispuesto las vías de acceso vehicular y peatonal de acuerdo a las disposiciones del reglamento nacional de edificaciones. Las imágenes que se han remitido a los medios de comunicación son elocuentes, lo que ha encontrado la Contraloría es una real vergüenza y esto genera responsabilidad en los funcionarios que recibieron la obra sin haberse percatado de estas deficiencias, incluso, se anota la existencia de deterioros prematuros, Ojo que esta obra se ha ejecutado entre abril y diciembre del año 2018 y en todo ese tiempo no se percataron de las serias deficiencias con las que se ejecutaban, incluso, hasta en la modificación de la ubicación de un portón, ahora se encuentran que no existen los espacios suficientes para el estacionamiento de vehículos y hasta para el ingreso de ambulancias en caso de emergencias. Son estos casos los que desaniman a todos en la medida que por el hecho que se ejecutan obras en zonas lejanas se aprovechan de los recursos que se destinan para que se emprenda proyectos que beneficien a la población y no para que los perjudiquen o para que se deterioren de manera prematura. La Contraloría ya debe disponer las acciones legales contra los que resulten responsables de este nuevo desaguisado.
SEGURO
Se pensaba que los centros asistenciales, llámese hospitales o postas de salud, ya habían superado el tema ese de las restricciones de atención a las personas que ingresan víctimas de un accidente u otro hecho que pone en peligro su vida. Este tema se concentró en la disposición de Essalud de no atender a las personas que requieren de atención médica si es que no se trata de asegurados, lo que había generado una serie de situaciones reprochables en la medida que no solo para un galeno sino para una institución médica, la vida y la salud de las personas está por encima de cualquier contingencia. Y así se estableció hace ya unos años cuando se determinó que las áreas de emergencia de los hospitales o centros de salud de Essalud deberían recibir sin restricción alguna a los heridos a efectos de brindarles atenciones preliminares, de tal suerte que en los casos de personas que no fueran aseguradas se les derivaba a otro hospital una vez que hayan sido estabilizadas. Lo que ha llamado poderosamente la atención es la actitud del personal de la Posta de Salud de Cabana, en la vecina provincia de Pallasca, que se negó a brindar atención a una persona herida en un accidente automovilístico por el hecho que no aparecía registrada en los padrones del SIS. El personal que auxilió al herido debió trasladarlo hastaÂÂ Chimbote en donde ya sus familiares lo internaron en la clínica “Robles”, empero, la pregunta que se cae de madura es ¿Qué hubiera pasado si es que esa persona fallecía en todo ese ínterin de su traslado a Chimbote?. Es el colmo que hasta el sistema de salud del Estado se pusiera en el mismo plan de antaño de Essalud. Esperemos que el Director de la Red Pacífico Norte haya tomado nota de lo acontecido y ordene que se adopten los correctivos necesarios.
PERMISOS
Hace algunos años., como consecuencia de trágicos accidentes de vehículos que trasladaban a alumnos en viaje de promoción, se estableció la obligatoriedad de autorizar estos desplazamientos con el cumplimiento de requisitos bastantes estrictos. Sin embargo, como siempre ocurre, este sistema se fue dejando de lado en la medida que cedieron los accidentes, empero, a causa de un grave accidente registrado en la sierra de Lima, las UGELES han cuestionado que pocas instituciones educativas comunican de los viajes que realizan sus estudiantes. Ocurre que ahora ya no se requiere de autorización, sino solo de una comunicación porque los viajes son de responsabilidad del colegio y los padres de familia. Como ya no hay necesidad de permisos ahora estos viajes ni siquiera se realizan con permiso del colegio, sino que corren por cuenta de los padres de familia. Son ellos los que contratan empresas de transporte, los que pagan las cuentas y los colegios ni siquiera se enteran a donde viajan. Apostamos que esto será así hasta que ocurra una nueva desgracia, así ocurre casi siempre.