Nuevamente, cientos de personas, entre obreros, padres de familia, docentes, escolares y pobladores salieron a las calles para demandar que de una buena vez se busque una alternativa ante la inoperancia e incapacidad puesta de manifiesto por los funcionarios del gobierno regional para reiniciar y concluir las obras que fueron abandonadas hace ya tres años en nuestra ciudad.
Los colegios, las pistas y veredas, entre muchas obras que siguen tal y como la dejó el encarcelado ex presidente regional César Álvarez Aguilar el año 2013, ameritan una respuesta de quienes están moral y legalmente obligados a solucionar este problema, es decir, el gobernador regional y su corte de ineptos funcionarios.
Primero fueron los obreros de tres obras ejecutadas en la zona rural de Chimbote, en donde no solo se dejaron abandonado los materiales de construcción sino que se dejaron impagos a las cuadrillas de operarios que hasta la fecha vienen reclamando que se cumpla con sus jornales, al margen que no se terminaron las obras.
Estos trabajadores de construcción civil lamentaron la desidia de los funcionarios de la Sub Región Pacífico que siempre se las arreglaron para negarles el pago a pesar que ya se habían efectuado las transferencias y que se habían elaborado los cheques para que se cumpla con cancelar estas deudas, empero, no entendían que es lo que querían realmente para que honren estas obligaciones.
Luego fueron los pobladores de La Esperanza, quien sabe en su octava o novena protesta realizada a lo largo de estos tres años, demandando que se concluya la obra de pistas y veredas que se dejaron abandonadas por falta de presupuesto.
Se trata de un proyecto valorizado en 9 millones de soles que observa un avance del 80%, es decir, que apenas si falta una quinta parte de la obra pero a pesar que han viajado en varias oportunidades para entrevistarse con el mismo gobernador regional en Huaraz y de sostener reuniones con el gerente de la Sub Región Pacifico y sus técnicos, nunca se ha dispuesto el reinicio de los trabajos a pesar que existen órdenes superiores para que ello se concrete.
Los dirigentes de La Esperanza han sido claros y tajantes respecto a la costra de corrupción que aún se mantiene en el entorno del gobierno regional y han señalado “sin pelos ni señales” que los pésimos funcionarios de la actual gestión mantienen las mismas y sucias mañas de los funcionarios de antaño, por ello han revelado que la empresa ejecutora ha sido emplazada a pagar un 20% del valor que está pendiente como condición para el reinicio de los trabajos.
Esto es sumamente delicado y pese a que lo han denunciado hace ya más de cinco meses, tal parece que al gobernador regional le importa poco o nada que en sus huestes se mantenga este régimen inmoral del cobro de diezmos, aparentemente las asiente o las comparte porque hasta el momento no se ha escuchado una sola voz de rechazo a tan graves denuncias públicas, por lo que sería pertinente que, en todo caso, el Ministerio Público investigue que es lo que sucede con estas obras paralizadas.
Pero a este cúmulo de quejas se ha sumado aquellas realizadas por la comunidad educativa del Colegio “Víctor Andrés Belaúnde”, entre docentes, directivos, padres de familia y los pocos estudiantes que aún quedan y quien sabe representan a la clase educativa más golpeada y maltratada en nuestra provincia.
Estos estudiantes vienen recibiendo clases en calidad de “encargados” en otro centro educativo de la zona, lo hacen en medio de las incomodidades que ello significa y en medio de la absoluta incertidumbre que resulta ver su casa de estudios totalmente destruida, demolida y abandonada casi sin avance significativo alguno.
Ellos salieron a protestar la semana pasada porque no es justo que los mantengan en esta situación, recordemos que en la gestión provisional de Zenón Ayala algunos técnicos que revisaron los planos y los suelos, concluyeron que el proyecto no había sido convenientemente elaborado y que había que reducir algunas metas, cosa que se hizo a efectos de viabilizar la obra y poder emprenderla nuevamente.
Sin embargo, pese a esas iniciativas y movimientos, la situación continuó igual y hasta peor, pues hace algunos meses se detectaron la existencia de filtraciones que estaban perjudicando seriamente el terreno y no se sabía a ciencia cierta quien debería tomar alguna medida para emprender definitivamente esta obra.
Lo cierto es que, si la memoria no nos traiciona, pese a no tener prioridad por los defectos técnicos que detectaron, la obra de Colegio “Víctor Andrés Belaúnde” estaba en la agenda del gobierno regional, tenía la prioridad que tuvieron los proyectos del sector salud y educación que fueron abandonados después de la desastrosa gestión del gobierno regional en la época de la denominada red criminal, sin embargo, aquello parece que fue solo una muletilla de los gobernantes de turno.
En medio de este escenario lúgubre para estos estudiantes que se preparan para estudiar un nuevo año en calidad de “encargados”, llegó el anuncio del Director del Colegio “Augusto Salazar Bondy”, quien manifestó que estaban solicitando la autorización de la Sub Región Pacífico para poder utilizar tres aulas semiterminadas en la medida que requieren más aulas ahora que se ha implementado un régimen de recuperación para los estudiantes que observen retrasos y dificultades en algunas materias y se busque la manera de salvar el año.
Creemos que los docentes de este tradicional plantel del cono sur ya no deberían esperar respuesta alguna de una entidad tan inoperante como la Sub Región Pacífico y ver la manera de terminar los acabados de estas aulas por sus propios medios, lamentablemente estamos ante un gobierno regional deficiente e incapaz y esperar algo de ellos equivale solo a perder el tiempo.
Por lo demás, ya es momento que las autoridades en conjunto y la sociedad civil exprese su rechazo a la manera como el gobierno regional se sacude de responsabilidad en el tema de las obras paralizadas, han trascurrido tres años y no es posible que no puedan concluirlas, la Región Ancash ha recibido en estos dos últimos años cientos de millones de soles como producto del canon, nadie sabe en que se aplican, por ello es tiempo de salir al frente de esta terrible ineptitud, denunciar penalmente a los responsables o demandar que las transferencias se hagan a los Municipios para que terminen con este suplicio de escolares, pobladores y trabajadores.