El gobierno ha oficializado ayer, en medio del feriado del viernes santo, la ampliación del régimen de emergencia nacional y, consecuentemente, de inmovilización social obligatoria, por dos semanas más, es decir, que concluirá el domingo 26 de este mes.
Para ello ha expedido el decreto supremo pertinente prolongando este régimen que viene perjudicando seriamente al país pero que, aunque suene paradójico, es sumamente necesario en estos momentos que la pandemia del COVID 19 amenaza y siembra muerte en todo el mundo.
Sin embargo, en el mismo dispositivo el gobierno ha incorporado nuevas medidas que para muchos deja sentado un peligroso precedente en la medida que está borrando con el codo todo lo que había escrito con la mano.
Una de ellas es la eliminación de la restricción de circulación por las calles, en las excepciones establecidas y que se había determinado por género, aquella que permitía salir a los varones los lunes, miércoles y viernes mientras que las mujeres podrían hacerlo los martes, jueves y sábado.
Este régimen solo ha tenido vigencia una semana y ha sido suficiente para que el gobierno advierta que se equivocó de cabo a rabo, como lo pronosticaban algunos, pues si el objetivo era evitar que haya más presencia de gente en las calles, con ese sistema solo se había promovido a ver muchas más personas en la vía pública.
El nuevo decreto supremo ha dispuesto que una sola persona del núcleo familiar podrá salir de casa de lunes a sábado, manteniendo el domingo como el día de inmovilización total.
Además se ha modificado el régimen de toque de queda, pues ahora concluirá a las 4.00 de la madrugada, es decir, una ahora antes de la que estaba vigente, una decisión que nadie podría entenderla sino los madrugadores, empero, se ha explicado que se busca con ello ampliar en una hora la posibilidad que las personas salgan en busca de alimentos, medicinas o atención médica y de esta forma evitarse la acumulación de personas en calles.
Sea como fuere, la nueva disposición no puede ocultar el grave error en el que habría incurrido el gobierno al restringir el tránsito de las personas por género, ello solo dio la oportunidad a que unos irresponsables salgan a las calles para otros motivos diferentes a los cuales estaban autorizados y ello solo ha conspirado contra los objetivos de la estrategia que se había diseñado.
Esto es tan grave y delicado como ha sido la posición que mantuvo el gobierna hasta hacer unos tres días, al haber decidido realizar un mínimo de pruebas desde que se inició la emergencia, mostrando de esta manera una falsa impresión de control de la pandemia, cuando ello no era cierto.
Desde hace tres días los peruanos hemos observado como las cifras de contagiados y fallecidos ha crecido de manera impresionante y ello obedece al hecho que se han incrementado el número de pruebas diarias del COVID 19.
Esto es algo que algunos médicos estaban advirtiendo y es que a menor número de pruebas había la posibilidad de tenerse menos contagiados, incluso, señalaban que, con mucha astucia, las autoridades de salud le entregaban al presidente un cálculo que no era real, le decían que existía determinada cantidad de contagiados y el porcentaje de incremento lo hacían en función al número de pruebas acumuladas desde el 16 de marzo, cuando lo que correspondía era hacer el cómputo en función de las pruebas realizada ese día.
De allí que no slo se estaba recibiendo una falsa impresión de las cosas, algo así como que se gobernaba para las tribunas, evidenciándose un sesgo peligroso en la medida que al no realizarse pruebas masivas se dejaba que muchos que tenían el virus y eran asintomáticos solo estaban diseminando mucho más la enfermedad en la medida que desconocían que eran portadores.
Este ha sido un grave error que solo ha contribuido a propagar el virus, nada se ha ganado con que en las primeras semanas de la cuarentena se califique al Perú como el mejor país que ha manejado la crisis cuando en realidad no teníamos las cifras reales.
Hoy tenemos números altos, casi los más altos de Sudamérica, por ello se hace impostergable que se amplíe la cuarentena y que se endurezcan las medidas restrictivas, algo que un país como el Perú no esta en condiciones de sostener.
Hay miles de micro y pequeñas empresas que colapsaran, algunas más fuertes y de mayor poder económico que están despidiendo a trabajadores, la misma CONFIEP ha solicitado al Gobierno que deje a sus afiliadas en libertad de despedir a los trabajadores para salvar su continuidad laboral.
Le quedan aún dos días al gobierno para iniciar el nuevo régimen de aislamiento social, como ellos mismos lo calificaron nos esperan dos semanas muy difíciles y así mismo que deben estar tomando las medidas para impedir que las familias sostengan este nuevo régimen de restricciones.
Que no se siga engañando más a la gente con bonos que llegan a un pequeño sector y otros que llegan más tarde que nunca, nos encontramos en una encrucijada y si bien somos conscientes que mantener el aislamiento es la única alternativa ante un virus tan contagioso y letal como el que nos ha llevado a esa pandemia, no podemos dejar de sostener una verdad que es lacerante para un gran sector de la población cuál es la carencia y la necesidad.
Si el gobierno ha dado un paso atrás es porque es consciente que sus asesores se han equivocado, que el controlÂÂ del tránsito peatonal en el aislamiento no ha sido el más conveniente, de allí que deberá reajustar sus decisiones y emprender una nueva marcha. Que Dios nos ayude.