Editorial

EDITORIAL ::RÉCORD INDESEADO::

Anteayer martes, un medio de comunicación le preguntó al presidente de la república, Martin Vizcarra Cornejo, en sus acostumbradas conferencias de prensa, por qué el Gobierno sostenía que la situación del COVID 19 había llegado a una meseta a partir de la cual comenzaría a manifestarse el descenso del número de muertos y contagiados.

Y la interrogante advertía que el mismo Jefe de Estado había declarado el 17 de mayo que ya estábamos en el país en esta fase de la enfermedad, empero, las cifras no estaban evidenciando ese propósito, por el contrario, ponían en evidencia que la cosa estaba empeorando.

Obviamente, tratándose de una interrogante relacionada con aspectos médicos, el Presidente trasladó la interrogante al ministro de salud, quien hizo gala de sus conocimientos técnicos para responder a la peliaguda pregunta.

El ministro explicó en ese momento que la estrategia sanitaria que emprendió el gobierno desde un primer momento estaba diseñada para contrarrestar un contagio masivo que haga colapsar el sistema de salud, la idea fue contener el avance de la enfermedad a efectos de implementar los hospitales con camas y equipos de manera gradual hasta llegar a un nivel que les permita controlar la situación.

Y de acuerdo a sus proyecciones y las cifras esto se estaba cumpliendo, el país ha sufrido un alto nivel de contagios y ha incrementado las cifras de fallecidos gracias a que ha sido capaz de muestrear a un gran número de sospechosos y hasta asintomáticos, por lo que los objetivos se vienen cumpliendo.

Pero el ministro dio a conocer que existe una fórmula en la ciencia médica por la cual se puede medir el grado de contagio y letalidad, la misma que está dada por un promedio que indique a cuantas personas está en capacidad de contagiar quien padece el COVID 19.

Cuando esta cifra es un dos o más, es porque nos hallamos en un nivel alto que pone en riesgo el sistema de salud y cuando este indicador baja de uno es porque la enfermedad se encuentra en una suerte de meseta en la que se estabiliza el número de contagios y muertes, y, luego comienza a descender.

Esta cifra ha sido un promedio de cuatro mil contagios y 100 fallecidos por día, se estimaba que esa era la meseta de la que nos hablaban los especialistas, sin embargo, anteayer martes los registros indicaron que existían 5,200 contagios y 159 fallecidos en un solo día, lo cual rompe ese nivel que se mantenía a la fecha.

Una situación similar se puso de manifiesto en el registro de Ancash, pues de un promedio de 10 fallecidos al día, creció a 15 en un día y al día siguiente se registraron 14 decesos, lo que quiere decir que el virus sigue presente, sigue tan agresivo como antes y que no ha llegado un determinado pico que nos haga sospechar que próximamente comenzarán a reducirse los números.

Los promedios que diariamente nos entrega la Sala Situacional del MINSA nos generan mucha preocupación, a despecho que para el Gobierno se trate de cifras manejables y que muestren su mejor rostro explicando que la situación esta controlada, lo cierto es que la mentada meseta no la vemos ni a distancia.

Hay quienes afirmaban y sostenían que el pico de la enfermedad llegaría recién el mes de junio y todo indica que no se equivocaron pues acabamos de tener un récord indeseado de más de cinco mil contagiados y 150 muertos en un solo día. Esperemos no se vuelva a repetir.